Los piratas de Disney y Bruckheimer se renuevan para relanzar una saga que daba señales de agotamiento después de la estrafalaria Piratas del Caribe: en el fin del mundo. En un notable intento por empezar “desde cero”, el reparto se cambia casi por completo (tan sólo quedan Barbossa, Sparrow y Gibbs) y la dirección pasa a manos de Rob Marshall, director especializado en musicales (Chicago, Nine) que afronta su primera superproducción y además en 3D.
El trepidante inicio de la película mete de lleno en la historia, presentando el objetivo deseo de los personajes. Todos ellos buscan la Fuente de la Juventud, por motivos que se van desvelando poco a poco. La historia se centra, cómo no, en Jack Sparrow (Johnny Depp), que para llegar a su destino debe lidiar con los Corsarios del Rey de Inglaterra, la Corona Española, Angelica (una antigua amante de Jack, interpretada por Penélope Cruz), Barbossa y el malvado Barbanegra. Para Jack, el viaje empieza cuando se ve secuestrado en el barco de Barbanegra (Ian McShane), que pretende llegar a la Fuente de la Juventud con su ayuda. Pero antes de llegar a ella, tienen que encontrar dos elementos necesarios para el beneficio que aporta la Fuente: una lágrima de sirena y dos cálices del conquistador español Juan Ponce de León.
Piratas del Caribe: en mareas misteriosas tiene todos los elementos que nos hicieron disfrutar de las otras entregas: humor blanco, romance, diálogos ingeniosos y persecuciones rodadas a modo de videojuego.
Los 141 minutos que dura la película se pasan en un instante. Pero con todo, y a pesar de ser un soplo de aire fresco en la saga, la secuela no brilla tanto como cabría esperar. Jack Sparrow ya no sorprende, su relación con Angélica no cuaja (a causa de la falta de química entre Penélope Cruz y Johnny Depp) y se mantiene plana, como el resto de personajes. La personalidad compleja y la ambigüedad moral de la que hizo gala en las primeras entregas se ha convertido en una divertida bufonada que ya no destaca. No se le da mucha importancia a la “conversión” de Barbossa (otra interpretación memorable de Geoffrey Rush) y las acciones de los personajes no tienen fundamento ni coherencia. Barbanegra es un villano que no está a la altura, la relación entre el misionero y la sirena está muy forzada, igual que las intenciones de la Corona Española para con la Fuente de la Juventud. Por otro lado, hay varios momentos en los que, para que los protagonistas sigan adelante, suceden cosas inverosímiles, que en principio son fruto del azar. Si bien es cierto que las películas de aventuras hace uso de los deus ex machina constantemente (Indiana Jones, por ejemplo), pero tanta solución por sorpresa acaba haciendo que la aventura parezca un chiste.
Por lo demás, Piratas del Caribe: en mareas misteriosas agradará a grandes y pequeños que disfrutaron con las tres primeras. Un buen intento de vuelta a los orígenes de la saga.
Firma: Joan de Santiago
Extras DVD:
Jack Sparrow se reencuentra con una mujer a la que había conocido años atrás y que lo impulsa a buscar junto a ella la legendaria Fuente de la Eterna juventud. Sin embargo, Jack es capturado por el Queen Anne’s Revenge, y se verá obligado a unirse a la tripulación del temible capitán Barbanegra.