Novatos

Pablo Aragüés narra en esta película su propia historia. Hace 15 años llegó a Madrid, como Alex, para estudiar Periodismo y se encontró con las desagradables novatadas a las que pretendían someterle en su Colegio Mayor. Para más sorpresa, estas contaban con la tolerancia de los responsables de la residencia e incluso la comprensión de muchas de las víctimas, que no querían denunciarlas para no sentirse rechazados y que consideraban incluso esas prácticas como un mal menor que había que sufrir para integrarse en la universidad.

Ahora, con el apoyo de la Asociación No Más Novatadas y la financiación de cientos de particulares mediante un crowdfunding, trae a la pantalla su historia actualizada para impulsar la prohibición de una práctica que no termina de desaparecer de nuestros campus.

La película es sencilla, como sencillo es el mensaje que Aragüés y su equipo quieren transmitir. De una manera lineal y efectiva acompañamos a Alex (estupenda interpretación del joven Javier Butler, por cierto) en su dramática llegada a la residencia y sus esfuerzos, a veces logrados, de enfrentarse a los veteranos.

El afán denunciatorio lleva a Aragüés a recrearse de modo excesivo, a mi juicio, en la descripción de algunas novatadas como la larguísima y desagradable presentación de Carla o la caótica noche que pasan todos juntos en el colegio de las chicas. La demonización de los personajes negativos provoca también que pierdan naturalidad y credibilidad, como en el caso de Estévez (interpretado por un envarado Nicolás Coronado) o la caricatura del director del Colegio. Compensar todo esto edulcorando alguno de los encuentros entre Alex y Carla acentúa la fragilidad de un guión que, en lo fundamental sin embargo, se muestra bastante sólido.

Uno de los aspectos más interesantes de este film es haber sabido mostrar, con muy pocas pinceladas, las variadas actitudes ante las novatadas: los padres, las víctimas, los verdugos de primera, de segunda y de tercera… tienen ideas y sensaciones diferentes. Cada uno responde de acuerdo a su actitud ante la vida, sus ideales y sus principios. No vendría mal profundizar un poco más en ello.

Firma: Esther Rodríguez