Delicada obra artística dirigida por la australiana Gilliam Armstrong (My Brilliant Career, Fuegos internos). Se trata de una nueva adaptación de la famosa novela de Louise May Alcott, Little Women, publicada en 1868, la cual ya tuvo dos versiones célebres para la pantalla grande: en 1933 por George Cukor; y en 1950 por Mervyn LeRoy protagonizadas por Katharine Hepburn y June Allyson respectivamente. Sin embargo, el remake de la realizadora australiana no desmerece a esos inolvidables “clásicos”: Armstrong ha sabido imprimir la mano femenina al conocido relato junto a un estilo fílmico que va más allá de la mera “ilustración” literaria siendo secundada por un equipo técnico en su mayoría formado por mujeres.
En este sentido destaca la cuidada ambientación haciendo hincapié en el cambio de estaciones a través de la bella fotografía y la enorme expresividad del color, la pulcra captación y el valor dramático de los pequeños objetos. Además, la música del especialista Thomas Newman es lo que se presenta como el máximo valor a la par que el eficiente cuadro interpretativo encabezado por la frágil Winona Ryder (fue nominada para el Oscar de Hollywood en 1994 sin que consiguiera luego el galardón) y que está a la altura de sus ilustres predecesores, como la obra original es un notable retrato de mentalidades de la segunda mitad del siglo XIX en Estados Unidos y de sus diferentes clases sociales.
La evocación de un mundo tradicional que se sustenta en la familia resulta significativa en la actual crisis que padece esta institución. Por otro lado, el paso de la adolescencia a la madurez de las hermanas protagonistas ha sido expresado con convicción y sin caer en concesiones de ningún tipo tampoco en las fáciles lacrimógenas; pues Gilliam Armstrong ha sabido contenerse y logrado momentos de gran intensidad romántica y emocional como por ejemplo las declaraciones amorosas o la impresionante muerte de Mary (brillante también Trini Alvarado) llena de trascendencia y dando su auténtica dimensión espiritual aparte del previsible.
Al tiempo cabe destacar su agudo y amable sentido del humor. Asimismo en la película se aprecia una clara defensa de la cultura y de la formación humanística a la vez que Little Women incide en el papel de la mujer más allá del hogar el en caso de Jo que rechaza el típico matrimonio de conveniencia para dedicarse a escribir y finalmente se casa por amor con un filósofo pobre para juntos montar una escuela.
Por tanto sin traicionar al espíritu de la novela la directora australiana parece haber actualizado el texto de la Alcott cuestionando un tanto las costumbres de una sociedad cerrada de rígidos esquemas victorianos pero sin incurrir en el feminismo propio de estas relecturas. Habrá que esperar a las siguientes obras de Gilliam Armstrong para confirmar la categoría creadora de esta nueva autora fílmica.
Firma: Redacción
Convent (Massachusetts) en plena Guerra de Secesión. Una familia venida a menos los March cuyo padre combate en la guerra civil americana procedentes de Nueva Inglaterra vive feliz y unida a pesar de sus penurias económicas. Alrededor de la madre que ha formado a sus cuatro hijas esmeradamente y con un gran sentido de solidaridad las hermanas de muy distintos caracteres y edades enfocarán de forma muy diferente su libertad; especialmente la temperamental e independiente Jo que llegará a ser escritora y publicar la autobiografía familiar.