Misión imposible: protocolo fantasma

El origen de esta saga y su pegadiza banda sonora no está en la taquillera y casi clásica Misión imposible de 1996, sino en una serie sobre espionaje, en tiempos de la Guerra Fría, emitida durante los años 60. Quince años más tarde de su primera adaptación cinematográfica, y con dos secuelas muy criticadas por los expertos, pero bien acogidas por el público, vuelve Tom Cruise –para quien parece que no pasan los años- con una nueva misión sin el apoyo y los medios de la FMI.

La película da lo que promete, enmarcado dentro del cine comercial: mucha acción, artilugios de última generación, situaciones límite y entretenimiento familiar con su mítica melodía de fondo; mejorando el bajo listón de las dos últimas entregas.

Se han rodado escenas de acción en Moscú –con la explosión del Kremlin incluido-, Dubai –impresionante la escena en la que Cruise “escala” el edificio más alto de esta ciudad árabe-, Budapest y Bombay. Un viaje por la geografía mundial como viene siendo habitual en este tipo de películas de acción, por ejemplo, James Bond o Jason Bourne.

Si comparamos Misión imposible con los dos títulos citados, el film de Tom Cruise es mucho más familiar -con momentos cómicos e incluso de autoparodia- que el agente 007 de tipo mucho más frívolo; a pesar de la notable mejoría de los dos últimos films protagonizados por Daniel Craig, en los que se otorga más humanidad al personaje. Por otra parte, a pesar de la popularidad de la saga, Ethan Hunt es un personaje más plano y menos trabajado que Jason Bourne, que conseguía una mejor simbiosis entre contenido y acción.

Sin embargo, Misión imposible IV es una recomendable opción para ver en familia, con escenas de acción bien rodadas. Su director, Brad Bird, conoce bien este público –se nota- ya que también está detrás de pequeñas joyas de la animación como Ratatouille o Los increíbles, superiores, por supuesto, a esta película.

Firma: Montserrat Bros

Extras DVD:

• Audio: español, inglés
• Subtítulos: español, inglés