Basada en un relato corto de F.x. Toole, “Million Dollar Baby” nos adentra en la vida de una boxeadora que busca su mayor sueño: luchar por el máximo título de su categoría. Hilary Swank (Boys Dont Cry, Insomnio) interpreta de maravilla a Maggie, una chica tenaz, inteligente, valiente, humilde y con mucho talento. Una persona leal que acabará conquistando a su entrenador Frankie, su más fiel admirador. Entre ellos nacerá una relación paterno-filial muy especial que les cambiará la vida. Él sabe que ser dura no es suficiente, que en el boxeo hace falta corazón, que exige respeto y que la regla más importante que debe enseñar es protegerse siempre. Es un hombre inquieto, con dudas religiosas que se acentuarán a medida que transcurra la trama.
La película, nominada a siete Óscars, goza de una excelente realización, y unos diálogos -y silencios- que consiguen transmitir la importancia de la amistad, la fidelidad, la confianza, el perdón… Se remarca la necesidad que tenemos las personas de relacionarnos, de dar y recibir afecto y de que crean en nosotros. Se presenta también el tema de la eutanasia, con una tendencia bastante a favor, pero tratado con delicadeza; sin embargo, se echan en falta argumentos más trabajados, más reflexión en torno a este tema. Clint Eastwood (Mistyc River, Blonde Work, Los puentes de Madison County, de entre una inmensa lista) nos vuelve a ofrecer un film dirigido, protagonizado y producido por él -además de poner la música-, demostrando una vez más su enorme talento.
Aparte de la suya, podemos disfrutar de otras dos interpretaciones brillantes: la de Hilary Swank y Morgan Freeman (Tiempos de Gloria, Cadena Perpetua). Los tres, mediante la lograda evolución de sus respectivos personajes, consiguen dar a Million Dollar Baby la máxima calidez que puede llegar a tener una trama desarrollada en torno al mundo del boxeo.
Firma: Redacción
Extras DVD:
Audio: español, inglés
Subtítulos: español, inglés
Durante toda una vida pasada en el ring, Frankie Dunn ha entrenado y dirigido a luchadores increíbles. La lección más importante que enseña a sus boxeadores es la que utiliza para su propia vida: por encima de todo, siempre debes protegerte. A consecuencia de su doloroso distanciamiento con su hija, Frankie no se ha permitido relacionarse con nadie por largo tiempo.
Su único amigo es Scrap, un ex-boxeador que se ocupa del gimnasio de Frankie y que sabe que, debajo de su brusco carácter exterior, hay un hombre que busca el perdón que no puede encontrar, aun asistiendo a misa desde hace 23 años.
Un día, se le presenta Maggie Fitzgerald y le pide que sea su entrenador. Maggie es una chica humilde que sabe lo que quiere. En una vida de lucha constante y una tremenda fuerza de voluntad, lo que más desea es encontrar a alguien que crea en ella.