Isabel Coixet regresa a las pantallas menos de un año después de su último trabajo Ayer no termina nunca. Su reflexión sobre las crisis (económica y personales) acabó convenciendo a pocos, igual que sus intentos por apostar por un nuevo estilo visual y narrativo dentro de las constantes de su filmografía. Precisamente, esta voluntad de renovación y de abrir caminos inexplorados para ella vuelven a planear sobre la nueva producción de la directora catalana, que por primera vez en su carrera apuesta por el terror como género y se introduce de lleno en el mundo adolescente.
Basada en una novela de Cathy MacPhail, Mi otro yo no se sale de una clásica narración de fantasmas a la que Coixet intenta darle personalidad sin conseguir, prácticamente nunca, imprimir su sello. La historia de la joven Fay se mueve dentro de un terror psicológico que intenta hacer aflorar los miedos de sus personajes (y del espectador) sin resultar primaria, y trata de explorar ciertas realidades de la condición humana (aquí, en especial, de la adolescencia) a través del contacto con el elemento sobrenatural. De esta manera, Coixet ha tratado de definir con esta historia de dobles ese miedo, por ejemplo, a enfrentarse a uno mismo tan propio de la etapa de transición hacia la edad adulta, o cuestiones más frecuentes en su cine (y generadoras también de grandes miedos) como la enfermedad, la muerte o la cercanía de una pérdida.
Sin embargo, la realidad del film es que en muy pocas ocasiones parece concretarse de manera satisfactoria ese intento de trascender al simple relato de terror. Another me acaba, entonces, mostrándose impotente para salirse de un insípida historia de miedo cargado de tópicos, de apariciones que solo resultan inesperadas para los protagonistas, de efectos sonoros que tratan de sugestionar sin grandes resultados y de explicaciones que solo sorprenden por lo rebuscado; y de una dimensión dramática demasiado ligera, que bordea grandes temas, pero que, por cierta indolencia en su presentación, nunca resulta consistente ni atractiva.
Firma: Juan Xipell
La vida de la joven Fay transcurre tranquila entre la escuela y su casa, donde vive con su padre enfermo y su madre. Sin embargo, un día empieza a tener la sensación de que alguien la está siguiendo. Después de algunos extraños episodios, Fay empieza a creer que ese alguien es su doble, una persona exactamente igual a ella. Es más, cada vez está más convencida de que esa persona no se conforma con tener su mismo aspecto, sino que quiere robarle su propia vida.