Ópera prima de Terrence Malick, un filósofo graduado en Harvard y Oxford, convertido a cineasta de las profundidades humanas. Con la perspectiva actual de toda su carrera y de la carrera de la mayoría de los directores contemporáneos, puede decirse que es uno de los autores más independientes y más auténticamente personales. Produce y filma al ritmo que necesita para mantener su autonomía creativa. Pero también produce y filma a la par que evoluciona su cine y su mirada a la realidad, en una interesante y buena confusión de materia y forma.
Las constantes de sus otras películas están ya maduras en su primigenia. La bonda-maldad del ser humano, el vínculo del hombre con la naturaleza, los lazos familiares, la dialéctica persona-sociedad resuenan en casi todos los planos de Malas tierras. Resuenan del mismo modo que no lo hace la conciencia de los protagonistas en esta road-movie criminal. En este sentido, la cueva ética del ser humano está retratada por Malick como un entorno de fría amoralidad (en el caso de la especie de Bonnie y Clyde protagonistas) o bien de estúpida frivolidad (los policías que capturan a Kit o el ejército que le custodia y acaban seducidos por su afán de protagonismo).
Esta estampa, donde se evidencia la fragilidad del hombre, consigue asustar, sorprender, cautivar y hacer pensar al espectador, gracias a una mirada del guión poco empática hacia los canónes del punto de vista. En cierta manera, Malick crea un relato análogo a lo que Truman Capote hizo en A sangre fría. Argumento basado en la realidad, pero manufacturado de un modo poco convencional, gracias al uso de códigos de otros géneros o a un empleo paradójico de la voz en off e irónica de la música. Terrence Malick y George Tipton utilizan y adaptan las melodías, también de otros compositores (sobre todo la famosa y copiada impunente en más films), con maestría para crear sentido a través del contrapunto dramático.
El film, bien tejido también en la banda sonora compuesta por sonidos diegéticos, sigue la línea sutil de trabajar el fuera de campo y la elipsis con agudeza y elegancia. También es perspicaz y tristemente cómico en el dibujo que traza el personaje de Kit emulando a James Dean, en lo físico y en otros trazos relacionados con el protagonista de la épica griega.
Bella para la vista pero inteligentemente hiriente en su conjunto.
Firma: Lourdes Domingo
Extras DVD:
Kit es un joven rebelde que malvive a base de trabajos marginales de los que acaba despedido. Holly es una adolescente, huérfana de madre y de padre nostálgico pero rígido, que acaba de mudarse al mismo pueblo de Dakota. Lo que empieza como un noviazgo prohibido explota con una carrera de crímenes.