Reid Carolin baja el listón de un guión que ya estaba por los suelos en la predecesora Magic Mike, mientras Steven Soderbergh, sabiamente, pasa el testigo a Gregory Jacobs en la dirección.
Ante un film de estas características, que además es una secuela, es difícil poder decir algo más que el tráiler no engaña y que la película no aporta nada que no esté ya en él.
Sin embargo, visto con paciencia, tras unos prolongados 115 minutos, Magic Mike XXL resulta una metáfora de lo que ofrece la masculinidad made in USA, así como un espeluznante retrato de la recíproca feminidad. Tampoco deja fuera esa marcada puerilidad e hipocresía de una parte de su cine, que salpica con insultantes y simplonas moralinas toda una producción cargada de la ideología contraria.
Esta puerilidad baña el guión, que afecta también a los protagonistas: unos adultos con conversaciones y aspiraciones de adolescentes de reality televisivo. De hecho, los diálogos son un delito mayor incluso que otra de las proezas del film, convertir algo tan bello como es el cuerpo humano, el de la persona, en algo tan feo y despojado de sensibilidad. Por no hablar, de algunos errores básicos de montaje que saltan a la vista, como esos extraños desenfoques en la versión 2D, fruto seguramente de su gemela 3D.
Vacío, aburrimiento y tristeza.
Firma: Lourdes Domingo