Dorota Kobiela y Hugh Welchman presentan su primer largometraje con una audacia sorprendente: hacer una especie de Whodunit sobre la muerte de Van Gogh a través de sus propios cuadros.
La metodología de estos cineastas es arriesgada pero puede decirse que coherente y con un resultado que intriga y fascina; dos cualidades nada desdeñables. Y es que en la producción se han mezclado la filmación de los actores (en sets similares a los cuadros o ante cromas) con 65.000 fotogramas animados (a modo de lienzos de 103 por 60 cm.). En total, artistas de diversos países han colaborado reproduciendo 94 cuadros del pintor y otros 31 de modo parcial para crear un espacio y unas figuras muy cinematográficas.
Tras sus 95 minutos, hay un trabajo no solo lleno de sabiduría y cariño hacia el holandés, sino también una interacción entre el arte del espacio y tiempo en movimiento con el arte que captura ambos bajo una mirada en pausa, aunque no por eso menos dinámica.
Además, dentro de los límites que se imponen por la estética y por los datos históricos, Kobiela y Welchman consiguen que la trama atrape al espectador en esta telaraña personal. En ella, vemos a un carismático pintor deseando dejar su huella en el mundo y ser reconocido por sus más allegados; algo, sin duda, muy universal.
Firma: Lourdes Domingo
Director: Dorota Kobiela, Hugh Welchman
Guionistas: Dorota Kobiela, Hugh Welchman
Intérpretes: Aidan Turner, Chris O’Dowd, Douglas Booth, Eleanor Tomlinso, Helen McCrory, Jerome Flynn, Saoirse Ronan
País: Polonia, Reino Unido
Fecha estreno: 12/01/2018
Lenguaje: Coloquial
Francia, verano de 1891. El joven Armand recibe un encargo de su padre, el cartero Joseph Roulin: debe entregar una carta en mano, en París, al hermano de su amigo Vincent Van Gogh.
Pero en París no hay rastro de Theo, del que cuentan que murió poco tiempo después de que su hermano Vincent se quitara la vida.
Título original: Loving Vincent
País: Polonia, Reino Unido
Duración: 95'
Fecha producción: 2017
Distribuidora: Karma Films
Color: Color