Alfonso Zarauza se embarcó en este proyecto con una intención transparente: mostrar la era dorada y la consiguiente decadencia de la construcción en España, con todas sus hipotecas y sus chanchullos detrás de las mesas de los directivos. Todo a través de una perspectiva que pretende ser original: la de una mujer que, dadas sus circunstancias, necesita el trabajo como agua de mayo. Así pues, todo el peso recae exclusivamente sobre Lola Dueñas, con su imborrable sonrisa compasiva, mientras que el papel de Tosar ha sido metido con calzador lo justo para que aparezca en el trailer.
Mayormente ambientada en la región obrera de La Coruña, Os fenómenos es una inyección de crítica social bilateral. Por un lado, a los de siempre; los bancos con sus inmisericordes créditos, los patrones con su parcialidad salarial y sus cuestionables despidos, empresas inmobiliarias que venden humo y se desentienden de las primeras goteras, etc. Pero por otro lado, también, a las personas que aprovechan las dificultades para abandonar a quienes tenían a su cargo y, especialmente, a toda la gente que se permite empezar a vivir, como se ha oído tanto, “por encima de sus posibilidades”.
El guion resulta ser un tanto amateur, con diálogos escritos a todo correr, faltos de naturalidad y de subtexto, como la primera secuencia en la que Lobo dice “no tengo hambre” cuando es más que evidente que no prueba bocado del desayuno. Esto lo hace justo después de que su mujer le diga “venga, despierta, que hoy es tu primer día de trabajo”. Esta constante de decir con palabras lo que debería mostrarse con imágenes o, por lo menos, insinuarse con otras palabras que hablen de otra cosa, es lo que hace de este guion algo aburrido, por mucho que la machacona música melancólica trate de acudir en su rescate dos veces por secuencia o los planos estáticos y de miradas al infinito traten de sugerir una profundidad de la que carece.
Pese a todo, la película puede ser interesante a nivel histórico para conocer una perspectiva más del estallido de la burbuja inmobiliaria, y para sonreír con algunas de las bromas de estos gallegos de acento cantarín.
Firma: Josepmaria Anglès
Lobo (Luis Tosar) abandona a su mujer Neneta (Lola Dueñas) y a su hijo el día en que, en teoría, empezaba un nuevo trabajo. Ella decide coger la furgoneta en la que vivían y regresar a su tierra natal, Galicia, junto con su hijo. Allí deberá partir de cero, empezando por lograr un trabajo en un sector que es tan prolífico como impropio de mujer: la construcción. Neneta deberá hacerse valer en un momento en el que el próspero sector dejará de ser lo que era.
