Pablo Trapero plantea un tema apenas legislado y bastante desconocido e ignorado por la opinión pública: las reclusas embarazadas o con hijos de muy corta edad. Las leyes vigentes en Argentina, donde está ambientada la película, permiten a la madre estar con su hijo hasta los cuatro años, mientras que en otros países se limita al año y medio de la lactancia o como máximo a hasta los seis años. Esta realidad, como sugiere la película, suscita varias cuestiones como: el derecho de la madre y el hijo a tenerse el uno al otro a pesar de las circunstancias, el desarrollo de un niño entre rejas sin conocer ni tener contacto con lo que hay más allá del patio de la cárcel o el dolor que supone para una madre separarse de su hijo después de haber transcurrido el tiempo pactado por la ley.
El cineasta nos recuerda que estas reclusas, a pesar de haber sido asesinas, ladronas, prostitutas, etc., por encima de todo son madres, y la maternidad saca lo mejor de ellas, su lado más tierno y humano, hasta el punto de hacer lo que sea por el bienestar de su hijo, como demuestra la protagonista. También destaca el repudio inicial de Julia por ser madre y cómo cambia su actitud al tener a su hijo entre sus brazos. Los niños hacen la estancia de estas mujeres en la cárcel más llevadera, les abre un atisbo de esperanza –dando un sentido a su existencia- y sus lloros y correteos dan un tono más amable e inocente al sombrío ambiente de la cárcel.
En la recreación del ambiente, Trapero muestra con todo el realismo y crudeza, a la que nos tiene acostumbrado el cine argentino, el día a día de las reclusas por lo que no se ahorra ningún plano, aunque sea zafio y desagradable; igual que en el lenguaje de los personajes, en ocasiones bastante vulgar, que va perdiendo fuerza a medida que el hijo de Julia aparece en pantalla. La película también aborda el lesbianismo con la relación que establecen Julia y Marta, una compañera de prisión, y lo muestra más como una consecuencia de su soledad y falta de afecto, porque finalmente no acaba fraguando, ni se habla de ello. En este sentido, el realizador es también bastante explícito. Una película con un tema –el de las madres reclusas- interesante y casi desconocido, pero que habría ganado fuerza y profundidad con una mayor contención en los aspectos más sórdidos. Por otro lado, Leonera fue nominada a la Palma de Oro.
Firma: Montserrat Bros
Extras DVD:
- Tráiler.
- Ficha artística.
- Ficha técnica.
- Filmografías destacadas.
Julia es acusada de la muerte de su novio Nahuel e ingresada en la unidad penitenciaria donde se alojan las reclusas madres y embrazadas. Mientras espera a que nazca su hijo, ve pasar los días, abstraída y ajena.
Dos mujeres se incorporan en su vida: Marta, una compañera de reclusión que ya ha criado dos hijos dentro de la cárcel y que se convierte en guía y consejera; y su propia madre, Sofía, quien le abandonó cuando era pequeña y ahora intenta ayudarla consiguiéndole un buen abogado y llevándole ropa para el bebé. La muerte de Nahuel tiene dos posibles culpables: Julia y Ramiro. Ambos, el día del asesinato, se encontraban junto al cuerpo sin vida y que se incriminan uno al otro. De un modo confuso y simultáneo, tanto Nahuel como Ramiro han sido amantes de Julia.
