Las oficinas de Dios

Claire Simon es una directora que ha trabajado mucho la relación entre el documental y la ficción en anteriores producciones (Ése eres tú de verdad). Con Las oficinas de Dios apuesta por la fórmula de una especie de falso documental, para el que cuenta con actrices conocidas como consejeras, y con un grupo de amateurs que interpretan a las chicas que acuden a la consulta. La metodología se basa en las conversaciones que ha recogido en varios centros de los que visitó.

Independientemente del resultado visual, que no deja de ser el de cámara en mano y abundancia de tomas en continuidad, la película lleva a cabo una acción apologética de los medios mecánicos, químicos u hormonales de planificación, así como de los sistemas abortivos. La proclama de fondo es el poder elegir sin que importe tanto el contenido de lo que se elige. En este sentido, se echa en falta también una mirada más profunda a la fecundidad, a las relaciones sexuales y a las consecuencias de los métodos artificiales; algo que la película esconde completamente, se parapeta en el presente, en el relato del problema y la formulación del consejo. Una lástima.

Firma: Lourdes Domingo