Las inocentes

La directora y actriz franco-luxemburguesa Anne Fontaine, con una memorable sucesión de títulos en su haber –entre ellos Les histories d’amour fuissent mal en general (1993), Augustin (1995), Cocó, de la rebeldie a la legende de Chanel (2009) y Primavera en Normandía (2014)– se asoma, en esta ocasión, al cine-denuncia de unos dramáticos acontecimientos ocurridos en el transcurso de la más demoledora confrontación mundial de los últimos tiempos.

Aún y cuando una gran parte del metraje de la cinta está tratado con crudeza contenida y con una ambientación natural marcadamente fría y monótona, algunas escenas son duro testimonio de los horrores acaecidos en aquella contienda donde el más elemental respeto por el género humano, en infinidad de ocasiones como esta, brilló por su ausencia.

En aquella época, un convento en medio del bosque y rodeado de un clima glacial era blanco fácil para tropas invasoras insatisfechas y carentes de la más elemental sensibilidad. Esto sucede fatalmente, pero la directora Anne Fontaine evita caer en la facilidad del relato por lo que respecta a los hechos en sí, puesto que, sin olvidarse de la inmediata problemática de las atribuladas hermanas que fueron objeto de alevosa violación y sus inmediatas consecuencias, centra primordialmente el guión en la ayuda benefactora que presta la joven médico del cercano campamento francés. Esta figura, gracias a su desinteresada colaboración, se convierte en el ángel de la guarda de la institución religiosa. Una conmovedora interpretación a cargo de la joven actriz Lou de Laâge.

Las inocentes ha obtenido el Premio Fipresci en el Festival Cinematográfico de Valladolid 2016, así como el de Mejor Película en el Jerusalem Film Festival.

Una significativa frase del film en labios de una de las hermanas marca el talante de esta historia: “Cada día tenemos veinticuatro horas de dudas…pero también, gracias a Dios, un minuto de esperanza”

Firma: Joaquín Guitart