Las aventuras de Moriana

El paro llevó en 2009 a un matrimonio, Magdalena y David, a hacerse cargo de un restaurante en la sierra murciana. La cosa no fue fácil y empezaron a publicitar el negocio con una web-serie cómica sobre peripecias que acontecían allí, pues David es un profesional del cine y televisión. El proyecto llegó a la televisión 7RM de Murcia. No sirvió para reflotar el restaurante. Sin embargo, les animó a convertirlo en la película que llega a las salas esta semana.

Lo que empezó como una iniciativa pequeña y alocada, pero ajustada a sus objetivos, ahora se presenta como un largometraje que solo puede verse bajo el amparo de esos prolegómenos.

Con una participación de familiares como actores (padres, hermanos, cuñados, hijos e incluso la suegra) y unos recursos limitados, la película supone una experiencia amateur en toda regla. De manera especial esto se refiere al guion, que enlaza bromas y frases sin cohesionarlas en su conjunto. Además, se apoya en un tono esperpéntico para obviar unos mínimos dramáticos que hagan interesante el argumento más allá del calibre social y real de algunos de sus hechos.

Entre el tono de Aída y Carmina o revienta, con unos estándares más bajos y buenas intenciones, el espectador ya sabe qué se encontrará. Eso sí, no siempre lo que funciona y es loable en un contexto funciona igual en otro.

Firma: Lourdes Domingo