La profesora

Jan Hrebejk nos trae una película basada en unos hechos similares que le ocurrieron a Petr Jarchovský, guionista de esta historia. Hrebejk vuelve a viajar al pasado, pero esta vez se aleja de los nazis de Divided we fall (nominada al Oscar en el 2000), para enfrascarse en la Eslovaquia comunista de los años 80.

Con gran sutileza, el director sabe manejar dos escenarios: por un lado, el de los alumnos de doce años de una escuela, por otro, el de los padres de estos y, en medio, la nueva profesora, interpretada por una sobresaliente Zuzana Mauréry. El filme comienza situando de forma precisa y acompasada a cada personaje, con lo que permite al espectador empezar a encajar piezas.

Con un ritmo marcado y sin querer avanzar cuestiones antes de tiempo, el guión va desengranando el drama, con suaves y acertados toques de humor negro. Así, el público consigue disfrutar a la vez que sufre las injusticias de los protagonistas.

Hrebejk nos acerca a la reflexión de un sistema corrupto y al reflejo de lo que es el abuso del poder político en las pequeñas cosas del día a día. Y nos lleva a pensar que, por mucho que veamos lejanos los años ochenta, esta sociedad no ha cambiado tanto.

Firma: Elena Mira