Samu Fuentes se estrena como responsable de un largometraje y se atreve con una historia en la que apenas hay diálogo, abunda el rodaje en exteriores algo hostiles y se narra desde una perspectiva que no busca la simpatía directa del público.
Estas tres características demuestran valentía y arrojo y, desde luego, si pretende (como dice) retratar el instinto de supervivencia y adaptación, lo consigue. Los entornos naturales de Aragón y Asturias son protagonistas sin robar papel a los humanos. Y la espera de nueve años hasta lograr llevar a término este proyecto, demuestra que lo habrá madurado desde unos cuantos frentes.
Sin embargo, el dibujo escorado de la sociedad rural de los años 30 y el gesto predominantemente simiesco de Martinón –con las burdas consecuencias que supone, sobre todo, en el trato a las mujeres– crean un perímetro muy cerrado para según qué espectador. Fuentes apuesta por encuadrar y eso tiene sus efectos.
Los que tengan estómago y falta de reparos para asomarse a una especie de atapuerca contemporánea podrán ver a un Mario Casas bien disfrazado, aunque con sus habituales problemas de inteligibilidad, y a una Irene Escolar con tablas y futuro.
Firma: Lourdes Domingo
Director: Samu Fuentes
Guionistas: Samu Fuentes
Intérpretes: Irene Escolar, Josean Bengoetxea, Kandido Uranga, Mario Casas, Quimet Pla, Ruth Díaz
Género: Drama
País: España
Fecha estreno: 09/03/2018
Lenguaje: Coloquial
Martinón es el último habitante de un remoto pueblo en las montañas. Su único contacto con otros seres humanos se produce en primavera, cuando desciende al valle para comerciar con las pieles de los animales que atrapa. En uno de esos viajes, recibe como moneda de cambio una mujer.
Título original: Bajo la piel del lobo
País: España
Duración: 110'
Fecha producción: 2017
Distribuidora: Alfa Pictures
Color: Color