La lección

Kristina Grozeva es una realizadora búlgara con amplia experiencia en el mundo de la televisión y varios cortos cinematográficos. Para su opera prima como largometraje ha escogido una historia realista y dramática con tintes de cine negro que, dentro de su normalidad, reviste cierto interés para un público poco o nada acostumbrado a ver plasmada en una pantalla la vida cotidiana del búlgaro medio.

Grozeva no tiene grandes pretensiones, cosa que le honra, y su propuesta de rodar la historia con sobriedad y solvencia constituye uno de los aciertos de La lección. La cámara sigue con sigilo y frescura a la protagonista (único personaje relevante del film), con abundancia de planos medios y sin abusar de efectismos. La ausencia de música extradiegética, el ritmo pausado y la impasibilidad de Margita Gosheva, quien interpreta a Nade, logran que el espectador pase del tedio a la tensión de un modo sutil pero eficaz.

La película, no obstante, resulta ardua. La caracterización plana y desdibujada de personajes tan, en principio relevantes, como el marido o el padre de Nade, favorece el desconcierto y le resta calidad. Y el carácter parsimonioso tanto de Nade como de la obra en general supone un obstáculo para que el público se meta en la trama.

Al final será la historia, con cierta reflexión ética y la intriga sobre su final, la que tire del guión. Y de la misma manera sencilla con que empieza (fundido en negro y el sordo golpeteo de la tiza en una pizarra) terminará; cerrando un trabajo bien hecho y dejando que planee en el aire la pregunta y la reflexión acerca de las acciones de Nade.

Firma: Esther Rodríguez