La jaula dorada

Actor de series en Francia e hijo de emigrantes portugueses, Rubén Alves se estrena en la dirección con este título dedicado a sus padres (con ese único momento lacrimógeno en el film), planteado como una comedia clásica, bien tallada, con pocos gags, muchos tópicos y sin ninguna intención de provocar la carcajada.

Una película con grandes momentos de humor, muy controlado pero capaz de conseguir una larga sonrisa de 90 minutos sin decaer en su empeño por explicar el desarraigo ni cerrar la puerta a la reflexión sobre el duelo migratorio.

Excelente el reparto franco-luso que inocula realidad a un guión sin titubeos que avanza firme aunque, en ocasiones, se muestre previsible. Una mirada tierna sobre los que dejan su país de origen para arañar un sueño y hacer la vida más fácil a los que ya lo cumplieron.

Firma: Anna Puigarnau