La productora Zentropa, de Lars Von Trier, ha permitido al director realizar uno de sus sueños en su segundo largometraje: recrear esas atmósferas fantásticas que le hacían disfrutar del cine cuando era pequeño. Para ello ha contado con unos medios aceptables y una vívida imaginación en algunos aspectos, ya que los efectos especiales encajan muy bien en la factura visual y no desentonan con el resto de la dirección artística.
En lo que respecta a la historia, Arcel seguramente ha bebido en la gran fuente del cine en el que la infancia que escapa del mundo desestructurado de los adultos a través de la fantasía: Steven Spielberg. Algo que hemos visto en otras películas recientes como Las crónicas de Spiderwick. De hecho, E.T. está presente no sólo en el argumento básico de La isla de las almas perdidas, sino también en algunas imágenes como los paseos en bici por la urbanización o la despedida final. Estos guiños conscientes o inconscientes -como una música heredera del John Williams que ha trabajado para Spielberg o ha compuesto las bandas sonoras de Harry Potter- no dejan de recordar al espectador que el gran cine infantil y juvenil todavía es obra del mercado norteamericano.
Por otra parte, y quizá éste es el aspecto más importante, aparece la extraña concepción del argumento que –como muchas películas recientes para adolescentes de género fantástico, pero de resultado mediocre (Los seis signos de la luz)- habla del Bien y el Mal, representados por unas fuerzas externas, cuya implicación en la cotidianeidad es nula. En este caso, como pasaba en la comercial La búsqueda, los buenos son los miembros de una Logia decimonónica, que utilizaba los poderes ocultos para proteger al mundo de no se sabe qué peligros. Esto, tan confuso en su mensaje como simplista en su desarrollo, unido al tema de las posesiones de espíritus, tampoco la convierten en una película muy deseable para los más pequeños.
Firma: Lourdes Domingo
Extras DVD:
- Audio: Dolby Digital 5.1 Castellano, Catalán. Dolby Digital
Stereo Danés - Tráiler
- Ficha artística
- Filmografías
Lulu, de 14 años, su hermano pequeño Sylvester y su madre (su padre la acaba de abandonar por una mujer más joven) se mudan a una tranquila urbanización cercana a la costa. Parece que no sucede nada interesante, al menos para la adolescente –enfadada con su madre, por el abandono paterno y aficionada a toda clase de juego “espiritista”-. Sin embargo, cuando descubre que su hermano ha sido poseído por un hombre del siglo XIX, que pertenecía a una Logia que luchaba contra el Mal, se mete de lleno en una misteriosa aventura, en la que involucrará también a su miedoso vecino Oliver.
