La cueva de los sueños olvidados

Análisis

Werner Herzog, una de las figuras del Nuevo Cine Alemán, ha sobrevivido a la evolución de esos revulsivos movimientos artísticos, gracias a una cierta coherencia en sus devaneos por el documental, sin abandonar absolutamente su producción en ficción.

Cautivado desde la infancia por las imágenes de la cueva de Lascaux, según afirma el propio Herzog, el proyecto de ser el único documentalista de las cuevas de Chauvet era algo realmente único en su nutrida carrera.

En medio de estrechas paredes, estalactitas y poca luz, este cazador de rarezas (como demostró en Grizzly man), teje un personal pero objetivable discurso fílmico donde relaciona persona, arte, cine, espiritualidad y evolución. Con los pocos recursos que tiene, Werner Herzog crea movimiento e ilusión a través juegos de iluminación con un precario foco, establece vínculos seleccionando con su encuadre los trazos de las paredes y provoca nuevos sentidos gracias a un inteligente montaje, donde no deja fuera ni sus comentarios ni los de los expertos.

A pesar de estos dos últimos aspectos más sonoros, Herzog no convierte su pieza en un cansino reportaje de sobremesa. El director valora e incluye su experiencia como director del film y como espectador de las pinturas; doble papel que también vehicula ideas en la citada película sobre Timothy Treadwell y su amor por los osos.

Por otra parte, lo que exponen los expertos y participantes de la investigación arqueológica son datos, reflexiones e incluso íntimas confesiones que aportan una perspectiva muy humana algo tan humano como contemplar las primeras representaciones artísticas descubiertas. Una de esas declaraciones sostiene que, en lugar de hablar de homo sapiens, al ver dichos dibujos, deberíamos hablar de homo spiritualis; algo que, junto a otras consideraciones allí apuntadas, enlazaría con interesantes debates sobre evolución y persona.

Visualmente y, cosa poco frecuente, gracias al 3D, La cueva de los sueños olvidados es excelente y genuina. El espectador puede afirmar que ha viajado con sus sentidos a esas paredes, que casi ha palpado y notado la rugosidad los perfiles de los caballos dibujados (en un estilo tan realista y jamás antes visto en el arte rupestre que casi hizo dudar a los expertos de su autenticidad) y que ha vibrado y vibra, como aquellos pintores del paleolítico, por la belleza que despierta la admiración del hombre por la naturaleza.

Esta cueva de Herzog contiene ciertas resonancias a la de Platón y, además, es un documento y vivencia imprescindible para todo tipo de espectador. Sin duda también, se trata de un instrumento pedagógico de primer orden para los profesores.

Un último apunte muy reciente –la certificación que las pinturas de la cueva de El Castillo (Cantabria) se han datado con mayor antigüedad que las de Chauvet- reafirma la importancia que para el hombre tiene conocer sus orígenes. Esa sanísima curiosidad científica y, por eso, también tan humana y profunda.

Firma: Lourdes Domingo

ficha técnica

Director: Werner Herzog

Guionistas: Werner Herzog

Intérpretes: -

Género: Documental

País: Reino Unido

Fecha estreno: 22/06/2012

Lenguaje: Coloquial

Público

+7 años

Valoración

Contenido

Humor

Acción

Violencia

Sexo

Valores

Durante más de 20.000 años, la cueva de Chauvet permaneció totalmente aislada del mundo debido al derrumbamiento de una pared de roca en su entrada. Su interior, incrustado de cristales, tiene el tamaño de un campo de fútbol y está sembrado de restos petrificados de mamíferos gigantes de la Edad de Hielo.

En 1994, los científicos descubrieron las cavernas y en ellas encontraron cientos de pinturas rupestres en perfecto estado. Obras de arte espectaculares que tienen más de 30.000. Estas obras se remontan a una era donde los Neandertales aún vagaban por la tierra y los osos, mamuts y leones de la Edad de Hielo eran las poblaciones dominantes de Europa.

Desde entonces, sólo un pequeño grupo de personas ha tenido entrada a la Cueva de Chauvet. Werner Herzog logró acceso exclusivo para filmar dentro de la cueva de Chauvet en el sur de Francia, en unas condiciones que evidenciaban su interés personal por retratarlas. Todo se rodó durante unas horas de algunos días de los meses de marzo y abril de 2010.

Debido a las complejos límites físicos de filmación -desde las pasarelas metálicas que abarcan la cueva y con equipos semiprofesionales por el espacio- Herzog adoptó la tecnología 3D para otorgar a las imágenes una mayor profundidad y poder transportarnos en el tiempo, a 30.000 años atrás, en el Paleolítico.

Título original: Cave of forgotten dreams

País: Reino Unido

Duración: 90'

Fecha producción: 2010

Distribuidora: Wandavisión

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