La cámara lúcida

El documental avanza con apariciones de distintos personajes del mundo de la cultura y la política, así como otros de ficción interpretados por el propio Cañeque, como un aficionado al fútbol que habla de teología, un profesor de literatura que está convencido que el Quijote está basado en Jesús de Nazaret, el Dios de Santo Tomás de Aquino que se siente solo, o el corresponsal de televisión en Cannes que deja por los suelos La cámara lúcida. Desconcertado por la confluencia entre realidad y ficción, el director pide consejo al mismísimo Berlanga…

La cámara lúcida es el segundo largometraje de Carlos Cañeque (Barcelona, 1957), Profesor Titular de Teoría Política de la Universidad Autónoma de Barcelona. Escritor y ensayista, consiguió el Premio Nadal en 1997. En el año 2011 dirigió Queridísimos intelectuales.

En honor a la verdad, todavía no nos hemos repuesto del contenido de este documental que, como continuidad de su estilo, ahora nos brinda Carlos Cañeque con un discurso demoledor en el que mezcla sin rubor alguno ateísmo, erotismo, homosexualidad, blasfemia, mofa bíblica y algunos conceptos más, con toda la crudeza de imágenes y expresiones de que es capaz.

Póngase todo ello dentro de una coctelera, agítese bien y dispóngase a sufrir durante noventa largos minutos (si lo considera oportuno) esta mezcla de falso mensaje post-moderno, añadiéndole una rodaja de limón para que su sabor sea, todavía, un poco más ácido, fuerte y corrosivo.

Con una insistencia procaz, intenta ridiculizar todos y cada uno de los valores humanos y religiosos que forman parte de nuestra vida, en busca de la fácil complacencia de quienes los ignoran y desprecian. Y no satisfecho con su tenaz acoso y derribo, busca la complicidad de varios personajes públicos que, por despecho unos y por sus particulares ideas otros, acaban de echar un poco más de carbón a esta máquina sin rumbo.

Hay que ver lo poco lúcida que es, a veces, la cámara…

Firma: Joaquín Guitart