Arturo Ripstein lleva 50 años en el mundo del cine y su trayectoria como director ha sido reconocida este año en el Festival de Venecia. Aún así, podría suceder que el nombre de Ripstein no les suene de casi nada. En ese caso tampoco deben preocuparse, pues La calle de la amargura resume de forma perfecta y coherente la manera de entender el mundo del mejicano: sentarse lo más incómodamente posible ante una humanidad rota y humillada para continuar pensando que no podemos hacer nada para cambiarla. El destino, sí.
La película supone un tremendo reflejo de lo más lúgubre y lóbrego de su querida ciudad natal, incluye a todos los personajes que pueblan la marginalidad del DF -prostitutas, chulos, abuelos abusados, niños aprendiendo la mendicidad profesional- y todo ello barnizado con la pátina del maestro Buñuel y con el blanco y negro que resalta con más fuerza la miseria de esta historia real.
Pero Ripstein es honesto y en la premiere ya lo advirtió: “Inventar mi ciudad es un acto riguroso de odio. Hay que reivindicar la opción del malestar”. Y sí, lo consigue todo, el malestar y la amargura. Aunque por esa calle pocos habrán capaces de seguirlo.
Firma: Anna Puigarnau
Director: Arturo Ripstein
Guionistas: Paz Alicia Garciadiego
Intérpretes: Alejandro Suárez, Arcelia Ramírez, Nora Velázquez, Patricia Reyes Spíndola, Sylvia Pasquel
Género: Drama
País: España, Méjico
Fecha estreno: 27/11/2015
Lenguaje: Coloquial
La Muerte Chiquita y el Akita son dos luchadores gemelos y enanos de cierta fama en Méjico. Una noche, tras su victoria en el ring, se van a celebrarlo con dos prostitutas algo añejas que, sin querer, los matan al excederse en la dosis de narcóticos que les administran con el fin de desvalijarlos.
Título original: La calle de la amargura
País: España, Méjico
Duración: 100'
Fecha producción: 20115
Distribuidora: Wandavisión
Color: B/N