Júlia ist

Elena Martín escribe, interpreta y se estrena en la dirección con su joya Júlia ist. Tras hacerse con la Biznaga de Plata a mejor película y mejor dirección en la sección Zonazine del Festival de cine de Málaga, llega a las pantallas un film que sin quererlo despliega una dicotomía entre la seducción por lo bello y lo oscuro.

Lo que empezó siendo un proyecto de clase ha terminado en un largometraje cuidado. Elena nos acerca de manera lenta al interior de alguien que empieza a volar solo. Y lo hace con un guión preciso para lo que quiere plasmar, así como una fotografía muy bella: los hechizantes rincones de Berlín sirven como pretexto para esas largas escenas que se hacen contemplar.

Y así, Martín va dibujando una ciudad inmensa, cuya juventud parece que quiere exprimir, y unos estudiantes soberbios que, pese sentirse en la cumbre de la vanguardia, todavía han de caer en la realidad.

Sin idealizar la experiencia, Júlia ist desmitifica la época de Erasmus. Y, en medio de lo que pueda parecer enternecedor en la película, nos topamos con una realidad desoladora que cae como un lastre: los jóvenes, ante una falsa búsqueda de sí mismos, se pierden en un aparente viaje a la reflexión. Y es que este film también se pierde y se recrea en esta idea. Como espectadores, nos vemos atrapados en un Berlín que muestra su realidad más dura, una que tantas veces intentamos enmascarar: drogas, sexo y perversión.

En definitiva, esta ópera prima es una tentativa a saber estar solos que, sin pretenderlo, perfila un falso paso hacia la madurez.

Firma: Carla Sciamma