Jeannette, la infancia de Juana de Arco

Han sido muchos los directores que han querido contar la historia de la Santa patrona de Francia; Jacques Rivette (Jeanne la Pucelle), Carl T. Dreyer (La passion de Jeanne d’Arc) o Robert Bresson (Procès de Jeanne d’Arc), pero ninguno lo ha hecho de una manera tan genuina y vanguardista como lo hace Bruno Dumont en Jeannette, la infancia de Juana de Arco.

Enmarcado en la infancia de Juana durante su despertar espiritual (con crisis de fe) y patriótico antes de llevar a cabo todas sus hazañas bélicas para rescatar a su país de los invasores ingleses, este musical resulta, sin temor a exagerar, uno de los más atrevidos de la historia del cine.

A partir de los exigentes textos del filósofo y poeta francés Charles Péguy, surge una producción de difícil comprensión en la que los diálogos y plegarias discurren entre géneros musicales tan diversos y actuales como el metal, rock, glam o pop electrónico… entre otros. Al mismo tiempo, la música va acompañada de bailes histriónicos y absurdos, ejecutados por actores no profesionales sin demasiadas tablas ni en actuación, ni en danza ni en baile. Un desconcierto absoluto en el cual destaca la energía que desprende la jovencísima Lise Leplat Prudhomme, quien encarna a Juana de niña.

Sin voluntad de querer ser categórico, este es un film de esos que se aman o detestan.. Al acabar la película, con la misma facilidad, puedes estar con ganas de bailar y sacudir la melena, como tener la seguridad de que el director te ha tomado el pelo. En cualquier caso, la provocativa experiencia cinematográfica de Dumont consigue su propósito, no dejar indiferente a nadie.

Firma: Oriol de Ribot