Grandes familias

Jean-Paul Rappeneau estrena nueva película después de trece años. El que dirigió la nominada y premiada Cyrano de Bergerac con Gérard Depardieu en 1990, presenta ahora una comedia de enredos familiares alrededor de un tema tan recurrente como son las herencias y los beneficios que pueden obtener de ellas los familiares más directos,… además de otros frutos de la doble vida del patriarca fallecido.

Mediante una mezcla de drama y comedia, con música de melodrama, Grandes familias no pretende más que ofrecer un leve divertimento, al inicio, que termina por cansar al espectador en su desarrollo y final. Una mínima capacidad para la intuición prevé los gags uno detrás de otro.

El film cuenta con actores experimentados y solventes en general, como Gilles Lellouche, al que vimos interpretar con maestría a uno de los mafiosos franceses más conocidos de los años 70, en la destacable Conexión Marsella. Sin embargo, la historia no da más de sí y algunos giros inverosímiles acarrean secuencias de adultos comportándose como niños en actuaciones un tanto forzadas y absurdas, cosa que, por otro lado, tiene su gracia.

En fin, otra comedia francesa para la colección, apta para el público general pero que no aporta más que un simple entretenimiento para un público adulto.

Firma: Begoña Arribas