Gareth Edwards se congració con la crítica en su ópera prima Monsters, una cinta de escaso presupuesto que ponía en marcha una sugerente y sobria trama con invasión alienígena en formato road-movie. Por esta carta de presentación, su tarea como director del relanzamiento de la saga Godzilla había levantado esperanzas y expectativas.
Edwards se declara un ferviente admirador del cine de aventuras liderado por Spielberg y Lucas (a cuyo Star Wars debe su vocación cinematográfica). No puede negarse que hay algo de ambos no sólo en el espíritu con que aborda el género popular de la ciencia-ficción mezclada con catàstrofes colectivas, sino también en algunos planos como los tiburonescos de las playas y del mar con el contorno mostruoso emergiendo o descendiendo, o en las subjetivas tomas con máscara y respiración profunda.
No obstante, hay algo que decepciona en esta apuesta. El guión ha resultado de un curioso y poco claro proceso de cambios y visiones. El creador de la historia o argumento es Dave Callaham (Los mercenarios), a partir del concepto de saga que producciones Toho ideó en los años 50. Max Borenstein es el guionista acreditado, mientras se afirma que dos gurús de la industria -David S. Goyer y Frank Darabont- han participado con retoques. Y sin embargo, con tanta cabeza brillante y pluma inteligente, el libreto no despega.
Se mantiene ese regusto a serie B, en el monstruo que no entra en escena hasta el minuto 40; también en el deseo de rodar los desastres como los clásicos de acción, a partir de personajes anónimos, incluso animales (el perro huyendo de la ola); se nota que los autores quieren escapar de los esquematismos y simplificaciones de los blockbusters en los que se hacen bromas malas en momentos de tensión; se busca seriedad al afrontar el problema con mayores frentes científicos abiertos. Pero con todo, el guión no consigue sobresalir ni enmarcar pasajes especialmente emotivos.
Siguiendo la confesa idea de Frank Darabont en una entrevista de 2013, esta Godzilla ha retornado a Hiroshima y Nagasaki y a la materialización de la culpa por el falso progreso. En la película, no sólo están latentes estas dos ciudades, la reciente Fukushima (y la terrorífica iconografía del tsunami), el 11S (aviones y rascacielos) o Irak (la batalla final en la oscuridad está rodada como un asalto bélico) han dejado su huella en la cámara de Gareth Edwards.
Mientras el guión no logra despuntar, la realización y fotografía consiguen algo más de crédito, a pesar y/o gracias a unos intensos (y ruidosos) efectos especiales. El prólogo con planos reales de pruebas nucleares, camuflado en los títulos de crédito, provoca una cautivadora impresión de gravedad, que desaparece luego en el tono comercial del film. Gareth también triunfa en las citadas secuencias de la máscara con cámara subjetiva (especialmente en la espectacular y original composición visual de la caída libre desde el avión), en la escena del monstruo pasando bajo las vías del tren (la simplicidad demuestra una vez más su eficacia) y en el uso casi poético del humo y polvareda desatados por la destrucción del paisaje urbano.
Sin entusiasmar, la Godzilla de este director inglés es un preludio del cine de verano llevado a cabo con cierta dignidad. Entretanto, algunos echarán de menos la sencillez y el vertiginoso uso del fuera de campo de Monsters, en un panorama apocalíptico más romántico y curiosamente clásico y moderno al mismo tiempo.
Firma: Lourdes Domingo
Director: Gareth Edwards
Guionistas: Dave Callaham, Max Borenstein
Intérpretes: Aaron Taylor-Johnson, Bryan Cranston, Elizabeth Olsen, Juliette Binoche, Sally Hawkins
Género: -
País: Japón
Fecha estreno: 15/05/2014
Lenguaje: Coloquial
Desde Japón hasta la Costa Este norteamericana, unos seres giganteos y de origen desconocido están destruyendo todo lo que se interpone a su paso. El ejército y un grupo de científicos trabajan para detenerlos.
Título original: Godzilla
País: Japón
Duración: 123'
Fecha producción: 2014
Distribuidora: Warner Bros
Color: Color