Llevar a la pantalla a los superhéroes de los cómics de Marvel no siempre resulta todo lo rentable que se desea (caso Ironman o Daredevil, por ejemplo), pero son casi siempre una apuesta segura ya que ofrecen acción, fantasía, la lucha del bien y del mal, una chica a la que salvar y todo un catálogo de espectaculares efectos especiales.
Hace cinco años se estrenó la primera película de Ghost Rider, el motorista fantasma, otro de los personajes de Marvel, pero que ofrecía un lado más oscuro, cercano al antihéroe, con el que pensamos pretendían ampliar el público acercándolo más a los adultos. Tampoco funcionó excesivamente bien pero, como en el citado caso de Ironman, han probado suerte de nuevo con una segunda entrega.
Esta vez la acción se aleja de los habituales escenarios de la delincuencia estadounidense para mezclarse con hermandades pseudoreligiosas y viejas profecías que se cumplirán por medio de antiquísimos y tópicos rituales. Este cambio le permite innovar utilizando escenarios poco habituales en este tipo de superhéroe en principio más “urbano”. Los desiertos y ruinas de Turquía en la segunda parte de la película tienen cierto interés, porque sorprende el uso de ese tipo de emplazamientos y el tratamiento dramático de la luz con el que han rodado esas escenas. Como buen heredero del cómic, este tipo de películas apuesta por un cuidado planteamiento visual muy colorista que, en este caso, alcanza sus mejores momentos cuando intercalan imágenes que simulan ser pintadas, como páginas de un cómic, para los momentos de recuerdos o narraciones del pasado.
La historia, como suele suceder cuando se mezclan demasiados elementos, está llena de incongruencias aunque es de agradecer que se respete con nitidez la línea que separa el bien del mal y se narre, con cierto detalle, la búsqueda sincera de redención por parte del protagonista.
Por lo demás, el correcto ritmo de la película lo marcan las espectaculares escenas de acción, bien dosificadas, y salpicadas de golpes de humor con el que rebajan un poco la violencia de las mismas. Se acompañan, ya lo hemos adelantado, por un gran despliegue de efectos especiales y una banda sonora cercana al heavy, como se supone que corresponde a una historia de moteros, fantasmas pero moteros.
Firma: Esther Rodríguez
Extras DVD:
- Audio: español, inglés, catalán
- Subtítulos: español, inglés
- Escenas eliminadas
Johnny Blaze, el motorista fantasma, vive escondido en el Este de Europa para no causar más daño a nadie con la maldición que pesa sobre él e intentar librarse de ella.
Hasta su escondite se acerca Moreau, un curioso sacerdote que le pide ayuda para salvar a un niño al que persigue el diablo Roarke, el mismo con el que Blaze tiene el fatal contrato. Si consiguen evitar que Roarke capture al chico, Blaze salvará a la humanidad y podrá, de paso, romper la maldición que le ata al diablo.
