Funny games

Michael Haneke realiza un remake, en inglés, de su propia película Funny games, producida en Austria en 1997. Para la actual versión ha contado con actores hollywodienses como Naomi Watts, Tim Roth y Michael Pitt (Asesinato 1, 2, 3), en un papel muy en la línea de sus habituales personajes perturbados.

El realizador austríaco vuelve a introducir una fuerza malévola en la acomodada vida burguesa como ya hizo en Caché, que le valió el reconocimiento del Festival de Cannes en 2005.

En esta ocasión, dos jóvenes educados y sin carencias materiales aparecen en la vida de la familia protagonista desestabilizando su orden. Este desequilibrio ya nos lo anuncia Haneke en los títulos de crédito donde la armonía de la música clásica de arranque se desvanece con la aparición inesperada de rock duro.

Ni la venganza, ni la ira, ni el dinero, ni la falta de un orden mental normal son los motivos de estos jóvenes para matar lentamente, sino formar parte de un espectáculo del que ejercen como maestros de ceremonia, dirigiéndose en ocasiones al espectador.

Con la ausencia de razones de los jóvenes para hacer sufrir a personas buenas, el director nos expone su tesis: la incongruencia del dolor y su caprichosa forma de aparecer en nuestra vida.

Su visión torturada de la vida salpica cada fotograma de la película en la que no tiene cabida la piedad, ni la redención, ni el valor purificador del dolor, porque el mal siempre ahoga el bien y perturba la vida de la gente honrada, según el cineasta.

Haneke no necesita imágenes explícitas para demostrarnos la tortura, pero el espectador la percibe, resultando incluso tan incómoda y violenta como una sucesión de imágenes.

Película minoritaria que gustará a los seguidores de su director, pero en general angustiará por su visión oscura y poco esperanzadora.

Firma: Montserrat Bros

Extras DVD:

• Audio: inglés, castellano, francés
• Subtítulos: inglés, castellano, francés