Entre esquelas

Ópera primera de este director nacido en Suiza y con un saco de cortos y documentales en su mochila de experiencias. En este film, rodado en Valencia, rescata una trama de vínculo especial entre adulta (mentora y musa) y joven (inexperto y desorientado), con teatro y demás literatura de por medio. Un secreto vinculado con lo familiar y el mito de Fedra flotando en el aire acaban de componer los referentes de un film que quiere abordar muchos aspectos, desde la tragedia hasta actitudes más posmodernas como el vivir sin lazos ni compromisos.

Sin embargo, los 86 minutos resultan vacíos de alma. El guión intelectualiza demasiado su argumento, con lo que quedan muchas líneas recitadas con una teatralidad mal entendida. Los personajes no respiran con naturalidad porque hay demasiados tópicos que les oprimen, y no son sólo argumentales sino también en la realización, con montajes musicales y concesiones a clichés sin intención de aportar un mínimo de subversión.

Aunque Martín se esfuerza por contar cosas, al final no resulta una historia que recordar por la emoción y fuerza de transmite. Su paseo por las salas también es sigiloso, a pesar de cierto éxito en algún festival como el de Málaga o la Mostra de Valencia.

Firma: Lourdes Domingo