En la niebla

Teniendo en cuenta que la ocupación nazi durante la Segunda Guerra Mundial y la resistencia frente a ella ha sido y es un tema habitual en el cine, En la niebla podría parecer a priori otra película bélica más. Pero esta historia que nos ofrece el director y guionista Sergei Loznitsa es una propuesta muy interesante al situarnos en Bielorrusia y al centrar la narración en los dilemas morales de los tres protagonistas. Cada uno de ellos representa, sin tópicos, algún arquetipo humano con el que el espectador puede identificarse. Con luces y sombras van apareciendo la valentía y la cobardía, el tesón y la debilidad, la lealtad y la traición…

La película, adaptación de una novela de Vasili Bykov, acompaña, casi en tiempo real, a los personajes principales en un viaje por los bosques a lo largo del cual vamos conociendo sus caracteres, profundamente humanos, y las circunstancias que les han llevado hasta allí. El espectador se siente integrado en la trama gracias a la credibilidad que los actores imprimen a los personajes. También la planificación es muy eficaz en ese sentido ya que, o bien nos hace seguir a los protagonistas con una cámara subjetiva y pegada a su nuca o bien nos ofrece sus rostros en primer plano cuando algo drástico sucede en los alrededores.

La fotografia está cuidada al máximo y así el bosque se convierte en un personaje más. La experiencia que el director tiene en el género documental puede explicar este dominio del rodaje en exteriores y de la plasmación del tiempo atmosférico, haciéndonos sentir la humedad calando los huesos de los protagonistas. Es importante resaltar que no se trata de un ejercicio preciosista sin más, sino que está al servicio de la historia: las condiciones atmosféricas cambian conforme evolucionan los personajes y marcan los puntos de inflexión de la historia.

Pero todos estos aciertos tienen que lidiar con una desproporcionada duración del film. La observación de hombres y paisajes no da para tanto y aunque entendemos que es un tempo “eslavo”, por calificarlo de algún modo, Loznitsa no es Tarkovski y esta contemplación se le va de las manos provocando el aburrimiento en bastantes momentos de la película.

Firma: Esther Rodríguez