Drama de ritmo lento en el que se tratan varios de los duros acontecimientos que sufrió Irlanda del Norte en las últimas décadas del siglo XX. Todo ello se realiza a través de una ficticia conversación entre los dos líderes políticos de entonces, que se profesaban un enorme odio.
Nick Hamm nos trae este filme en el que se imagina los posibles pasos previos que tuvieron lugar para el Acuerdo de St. Andrews. Este pacto selló la paz entre los bandos que conviven en Irlanda del Norte: los unionistas, protestantes de origen inglés o escocés, y los nacionalistas o republicanos, de mayoría católica. Al margen de que no se trate de una recreación literal de lo que ocurrió, a la película le han caído muchas críticas por cómo ha abordado la posible Historia.
La simplificación de los personajes junto con la previsible evolución del argumento (y no porque se conozcan los detalles de lo sucedido, ya que realmente se desconocen) hacen que el largometraje raye lo superficial.
El estancamiento en planos donde un Ian Paisley (Timothy Spal) con gesto gruñón parece que tenga continuas revelaciones divinas y que se le vaya a caer la dentadura postiza, deja a un protagonista muy forzado y encasillado. Tampoco salva la situación Colm Meaney, que interpreta al líder del Sinn Féin, del que se espera más profundidad. Sin embargo, la culpa no es de sus interpretaciones –porque estas sobresalen–, sino del guión, que traza una línea argumental que resulta artificiosa: dos archienemigos se echan los trapos sucios –que incluyen muchas muertes de por medio–, luego ríen juntos y todo acaba en conciliación.
Y, aunque el acontecimiento ocurriera así, que los protagonistas se echen en cara sucesos y lo hagan a través de lecciones de historia para principiantes, descoloca al espectador. El tema es verdaderamente interesante pero se esperaba de él otro tipo de abordaje más natural, realista y, quizás, reflexivo. Una pena que The journey no haya trascendido un poco más en una historia reciente con mucho calado e importancia como lo fue el pacto que consiguió una inimaginable paz entre los norirlandeses.
Firma: Elena Mira
En 2006 los dos líderes políticos de Irlanda del Norte, enemigos acérrimos, se quedaron encerrados en un avión: el implacable Ian Paisley, conocido como el Reverendo, del partido unionista y protestante, y Martin McGuinness del Partido Republicano Sinn Féin y ex militante del IRA. El resultado fue una paz que jamás se creía que se alcanzaría. El director recrea esta posible conversación de la que se conoce muy poco y que, en la versión cinematográfica que realiza, tiene lugar en un coche.