El perfecto desconocido

Dirigida por el mallorquín Toni Bestard (candidato en dos ocasiones al Goya al mejor corto), nos llega su primer largometraje después de su exhibición en el Festival de Cine de Busan, la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci) y el Festival de Palm Springs.

En el cuadro de intérpretes destaca la presencia del popular actor irlandés Colm Meaney (Star Trek –serie de TV-, Café Irlandés, The Commitments), compartiendo cartel con la reciente ganadora del Premio Goya, Ana Wagener (La voz dormida, Biutiful, El patio de mi cárcel).

Poco después de las primeras imágenes -descriptivas de aquel pequeño lugar apartado de la gran ciudad, con un escaso grupo de moradores sin ningún contacto afectivo- y viendo cómo la llegada de aquel “perfecto desconocido”, que ni siquiera habla su idioma, consigue dar un nuevo sentido a sus vidas, no hemos podido por menos que recordar el fondo y el mensaje de algunos de los films del archipremiado director norteamericano, de origen italiano, Frank Capra.

Esta nostálgica remembranza sólo implica al film de Toni Bestard en la ingenua y no por ello menos laudable intención de aproximarnos mejor a nuestros semejantes, aunando voluntades en la resolución de la problemática particular de cada uno de ellos e imprimiendo calidez donde en demasiadas ocasiones hay sólo frialdad y absoluto desinterés.

No puede pretenderse que una “ópera prima”, por lo que respecta al guión en su contenido y a la realización en su forma, roce la perfección absoluta. Pero no hay duda de que, cuando menos, en este caso aporta un mensaje positivo que puede resumirse en una simple y prometedora sonrisa final.

La película termina con un reconfortante “smile”. Pues eso.

Firma: Joaquín Guitart