El llanero solitario

El director Gore Verbinski parece dispuesto a recuperar para el público de hoy algunos de los géneros que hicieron grande a Hollywood y felices a millones de espectadores de todo el mundo. Tal fue el caso de los piratas, que empezara con la Perla Negra en 2003 o el Western, al que ya hizo un acercamiento animado con su sorprendente Rango.

Sin duda, es de agradecer su labor, pues nos está ofreciendo un producto de gran calidad técnica, altamente entretenido y con el toque nostálgico/legendario de las aventuras del cine y los libros de todos los tiempos. Ahora llega el espectacular El Llanero Solitario, de nuevo encabezado por Johnny Depp, y nos introduce al galope en el corazón del Oeste, con un ritmo frenético, cargado de humor y acción, ofreciéndose como una de las citas indispensables para este verano.

El guión recupera un personaje que empezó siendo un héroe radiofónico en los años 30, pasó por el cómic y por la televisión e incluso tuvo alguna tímida aparición en el cine. El Llanero Solitario, a lomos de su fiel caballo Silver y acompañado de un indio llamado Tonto (indescriptible e impagable Johnny Depp), es el héroe enmascarado que lucha por la justicia en un Salvaje Oeste donde las leyes escritas tienen de momento poca efectividad. Interpretado por un casi desconocido Arnie Hammer –La red social, Blancanieves (Mirror, mirror)– (que a pesar de Depp logra hacerse visible), recuerda en los primeros compases de la película a Ransom Stoddard, el personaje de James Stewart en El Hombre que mató a Liberty Valance. Esto, junto a las espectaculares e impresionantes imágenes de Monument Valley, son algunas de las acertadas referencias fordianas de este film, aunque, qué se le va a hacer, nunca alcanzarán en grandeza humana ni fílmica al director de La diligencia.

Director y guionista han procurado integrar en el film los grandes elementos míticos del género: el ferrocarril como vertebrador del progreso de Estados Unidos, la frontera como tierra de sueños y de futuro pero también de peligros constantes por los indios y los forajidos, los niños curtidos en el dolor, el Séptimo de Caballería, las chicas del Saloon (retratadas con sobriedad y lideradas por otra impresionante e impagable Helena Bonham-Carter)… En fin, todo lo que constituye un buen western plasmado con la fuerza del que quiere emocionar con una historia legendaria y la perfección de los medios técnicos actuales.

Fotografía aparte, el film le debe mucho a la música. Hans Zimmer firma otra banda sonora de gran calidad con algunos momentos inspirados, acertadamente, en Ennio Morricone y una escena final en la que la obertura de la ópera “Guillermo Tell” de Rossini, se convierte en un personaje más.

La única pega, aunque importante, que encontramos en esta película es su excesiva violencia. No sólo no es necesaria (como no lo era en el western clásico) sino que la hacen compatible con algunos gags demasiado infantiles (los conejos carnívoros, los golpetazos con las puertas…) como queriendo integrar al público adulto e infantil, pero así sólo han conseguido sacar a los niños de las salas, a sus padres por logística, y desconcertar al adulto con esas bromas infantiles.

Firma: Esther Rodríguez

Extras DVD:

• Audio: español, inglés, francés
• Subtítulos: español, portugués, francés, holandés, árabe, inglés codificado para sordos
• Escenas eliminadas
• Tomas falsas