El holandés Anton Corbijn (El americano) dirige esta cinta que recrea el best seller de John Le Carré, El hombre más buscado. Corbijn, que llegó al cine procedente del mundo de la fotografía y los videoclips, procura capturar en cada fotograma la decadencia y la intensidad emocional de sus protagonistas. A través de los silencios y las miradas, se escapan las frustraciones y los anhelos de las personas involucradas en una historia de complejos sentimientos.
A simple vista, El hombre más buscado es un agujón contra la actitud discriminatoria de Occidente hacia la comunidad islámica, con forma de relato de intriga y suspense. A otros niveles, es una representación de los miedos de una raza que no sabe cómo protegerse de sí misma. Esta pesadilla contra el mal enfrenta (casi nunca de forma abierta y directa) no sólo a naciones y gobiernos, sino también a los propios conciudadanos, amigos e, incluso, a los miembros de una misma familia.
Este enfrentamiento sutil se inspira en el ansia de poder de unos y en la rebeldía de otros. Para su narración, la historia se aposenta en la falta de certezas y el guión juega a confundir al espectador del mismo modo que los personaje se engañan entre ellos. Así, la tensión y la sospecha suplen a la acción desmesurada –que tampoco se echa de menos– y la película consigue el propósito de seducir hasta el final.
La ambientación, como por mimetismo con sus protagonistas, reproduce el ocaso de una sociedad sucia y obsoleta. Los escenarios, el vestuario y la omnipresencia de alcohol, tabaco, graffitis y basura acentúan (o provocan) la gris atmósfera donde habitan los personajes, también grises.
A pesar de ser una ficción, El hombre más buscado muestra tantos matices de sufrimiento y realidad que, al final, deja una triste huella de dolor y desconcierto. No obstante, el film merece la atención que reclama y, con él, se puede profundizar en los verdaderos enemigos del ser humano.
Firma: Mar Pons
Después de los atentados del 11-S, Hamburgo se ha convertido en una ciudad desconfiada y sus unidades policiales sospechan de cualquier musulmán. A este ambiente de tensión y escapando de torturadores rusos, llega, de forma ilegal, Isaa Karpov para recoger la herencia que le dejó su padre.
El pasado de la familia Karpov y el dinero manchado de sangre con el que Issa intenta rehacer su vida ponen en alerta a la policía no sólo alemana, sino también americana. Averiguar si este inmigrante es lo que dice ser o un extremista violento pasa por una compleja operación de espionaje, influencias políticas, chantajes y favores.
Sin embargo, el agente Günther Bachmann, que dirige una unidad secreta alemana contra el terrorismo, quiere ir más allá y pretende utilizar al refugiado para llegar a las altas esferas de las organizaciones islamistas más sospechosas. Las rivalidades entre agencias, la división de objetivos y los intereses políticos se suman a la larga lista de obstáculos que Günther deberá sortear para conseguir su propósito.
