Cuento de invierno

El guionista de Una mente maravillosa y Cinderella Man, Akiva Goldsman, debuta como director con esta adaptación de Un cuento de invierno de Mark Helprin. Cuesta creer que nombres con tanto prestigio como el propio Goldsman –ganador de un Oscar al mejor guión adaptado- o el compositor Hans Zimmer –artífice de la banda sonora de Gladiator– participen en esta película insustancial. Y todavía extraña más la presencia de actores de la talla de Russell Crowe, Jennifer Conelly o Will Smith que se esfuerzan por reflotar el resultado.

Un pupurri de elementos de distintos géneros –fantasía, saltos en el tiempo, romance y acción– se ponen al servicio de una historia aburrida, que intenta emular a los relatos clásicos, donde el bien y el amor triunfan sobre el mal. Todavía se estrepea más el resultado cuando al final de la película se le añade un giro con poco sentido, cuyo propósito es sorprender al espectador.

A su favor, puede destacarse una preciosa fotografía con bellos paisajes nevados y un intento de ensalzar valores universales como el amor, la autenticidad, el valor de cada persona independientemente de su estatus social y la fidelidad. Sin embargo, el exceso de azúcar y el tópico como un recurso recurrente convierten a Un cuento de invierno en una película imprescindible incluso para el día de San Valentín.

Firma: Montserrat Bros