La adaptación de los entrañables Tom y Jerry no es tan memorable como prometía. Con un guion muy básico y un elenco poco convencido, es una propuesta ideal para pasar un rato agradable en familia sin grandes pretensiones.
La famosa pareja que protagonizó numerosos cortos desde los años 40 da el salto a la gran pantalla de una manera desafortunada. Por eso, es importante no crearse altas expectativas, pues llevan inevitablemente a una gran decepción, ya que la adaptación no es ni mucho menos memorable –aunque no es tan desastrosa como otras semejantes–.
En sí, la cinta cumple perfectamente como producto de entretenimiento familiar: narra una historia sencilla, con lenguaje infantil, amena y con buenas intenciones. No obstante, dista mucho de la esencia original de Tom y Jerry. En el intento de alargar los breves minutos que duraban las aventuras de este entrañable dúo, se ha perdido gran parte de lo que lo hacía icónico.
La integración de la animación en el mundo real está técnicamente conseguida pero la interacción es poco creíble, los personajes muy básicos y las interpretaciones forzadas. Además, la trama está inundada de exageraciones, clichés y diálogos extremadamente didácticos.
De todos modos, no resulta aburrida pues, por supuesto, hay muchos golpes y porrazos –muy propios de este par tan peculiar– y la banda sonora es trepidante. El ritmo no decae y, si bien el relato no es convincente, es distraído y divertido por momentos.
Así que, en resumen, si uno no espera una producción épica de los encantadores protagonistas, encontrará una película ligera y fácil de digerir con la que disfrutar en familia. No será un título inolvidable, pero tampoco está mal logrado y proporciona un buen rato de esparcimiento.
Firma: Patricia Amat
Jerry se ha refugiado en el hotel Royal Gate y Tom está buscando desesperadamente la manera de entrar allí. El lugar va a hospedar el evento social más importante de la temporada: la boda de los famosos Preeta y Ben. Por eso, Tom encuentra su gran oportunidad cuando es contratado para capturar al ratón que está generando tanto embrollo en el alojamiento. Sin embargo, la eterna lucha entre Tom y Jerry acabará por desatar un caos mayor que pondrá en peligro el esperado enlace matrimonial.