Tiempo compartido

Olivier Assayas es un veterano guionista y director francés, nacido de padre también realizador y curtido en el periodismo y la crítica de cine. A lo largo de su dilatada carrera ha dejado títulos importantes para la filmoteca gala, y para el resto del mundo, alternando productos de gran calidad con otros simplemente correctos. Tiempo compartido es uno de estos últimos.

En el film que ahora se estrena, Assayas realiza un viaje personal al pasado y al interior de sí mismo. Paul, el protagonista, es su alter ego y a través de él nos acercamos a la personalidad y al entorno familiar, social y espacial del cineasta. La interpretación de Vincent Macaigne es verosímil y suponemos que adecuada al querer de Assayas. Y por si quedaba alguna duda, el propio realizador va explicándonos con voz en off retazos de su pasado mientras coloca planos estáticos como si, entre todos, estuviésemos repasando un viejo álbum de fotos.

El contenido es indudablemente bello e interesante pero, sorprendentemente, muy poco fílmico. El parloteo, lingüísticamente impecable, es constante y, en muchos casos, desligado de las imágenes que llenan la pantalla. La contemplación de la naturaleza a la que nos invita, igual que hace con la lectura, la pintura, el cine, etc. se hace difícil ya que no hay un momento de silencio. La experiencia es similar a quien es incapaz de callarse en el cine o a quien comenta en alto sus impresiones de un cuadro en un museo.

Dejando de lado que por momentos resulta algo snob en sus apreciaciones culturales, el texto de Tiempo compartido hubiera resultado un buen ensayo o novela autobiográfica, pero creo que el celuloide no está para tanta palabra y tan poca imagen sin mensaje.

Firma: Esther Rodríguez