The owners (Los propietarios)

Crítica The owners (Los propietarios)

Análisis

La propuesta de Julius Berg se hace un hueco como alternativa satisfactoria, pero algo confusa a las ya clásicas películas sobre irrupciones violentas en el hogar.


Tras dirigir series como Osmosis (2019) o El bosque (2017), el director francófono Julius Berg debuta en la industria cinematográfica con The owners, su contribución personal a las denominadas en ingles home invasion movies siguiendo el patrón de sus antecesoras: un grupo de jóvenes entrará en la casa equivocada y desearán no haberlo hecho.

En un primer momento, la historia gira en torno a Nathan y Terry (Ian Kenny y Andrew Ellis respectivamente), dos amigos que deciden hacerse con la caja fuerte del anciano y rico médico del pueblo y su esposa ayudados, por Gaz (Jake Curran), un sociópata al que acaban de conocer. Sin embargo, pronto se descubrirá que la verdadera protagonista es Mary (Maisie Williams), novia de Nathan y contraria al plan desde el principio. Siendo la única que actúa de forma racional dentro del film, se convierte en la personificación del sentido común y genera simpatía en el espectador, lo que contribuye al crecimiento de la frustración a medida que la historia avanza.

La sensación de incomodidad se instala en el espectador desde el inicio del film gracias a la interpretación de Sylvester McCoy y Rita Tushingham: la forma que tienen de hablar entre ellos, la negativa a dar la clave que abre la caja a pesar de las amenazas de tortura, y la facilidad con la que el doctor es capaz de manipular a los jóvenes, hacen que el espectador vea que la pareja de ancianos no son las víctimas indefensas que habían imaginado. Así pues lo que, en un principio, se plantea como una extorsión rápida y sin dificultad, pronto se convertirá en una sucesión de terribles eventos, a cada cual más violento y desesperanzador. A pesar de que la historia de Berg no es original en su planteamiento, sí que contiene algunos elementos que merecen ser destacados.

En primer lugar, algo que llama la atención es la utilización de los insectos como indicador de que algo malo está pasando. Desde el inicio de la película, cuando Terry baja por primera vez las escaleras al sótano buscando la caja fuerte, vemos que el director utiliza estos animales como recurso narrativo. Esta idea se refuerza con la escena en la que Tushingham mata a una cucaracha de tamaño considerable con sus propias manos encima de la mesa. El trato que reciben estas criaturas como elemento narrativo destacable recuerda a la película Mamá (2013) de Andy Muschietti o La cumbre escarlata (2015) de Guillermo del Toro, donde las polillas negras invaden la casa atraídas por la descomposición. Si esto se aplica a la película de Berg, se puede interpretar que, más que por una descomposición literal, los insectos se ven atraídos por la descomposición metafórica de la humanidad del doctor y su esposa.

Además, por lo que a la realización respecta, la manipulación del encuadre se utiliza como recurso para reforzar la atmósfera de angustia y terror. Mientras que la mayor parte de la película presenta el encuadre habitual, a partir del minuto 70 pasa a ser más cerrado, prácticamente cuadrado. Teniendo en cuenta que es en este momento de la película donde se empieza a entrever que el futuro de los jóvenes no es muy esperanzador, nos encontramos con un descenso a la locura visualmente apoyado por la sensación de asfixia y falta de aire que el encuadre provoca.

A pesar de todo, la gran interpretación de los actores y el potencial narrativo se ven eclipsados por una introducción excesiva de información no siempre relevante. En un aparente intento por aportar dramatismo a las escenas, se intentan desarrollar demasiadas subtramas en un espacio de tiempo insuficiente, lo que acaba provocando una gran confusión e incomprensión en el espectador. A esto le sigue un desenlace abrupto y poco satisfactorio ya que, después de iniciar el conflicto por no querer desvelar qué hay en la caja fuerte, esto se acaba resolviendo en dos minutos al final del film, sin darle más importancia a lo largo del metraje y dejando al espectador con todavía más preguntas.

En conclusión, a pesar de que The owners consigue lo que se propone y construye de forma muy efectiva la atmósfera (algo fundamental en una película de terror), ni la interpretación, ni los recursos originales y sorprendentes que utiliza salvan a esta película de ser algo más que satisfactoria. Una opción perfecta si se busca pasar miedo durante un rato, pero decepcionante teniendo en cuenta lo que podría haber llegado a ser.

Firma: Adriana Navarro

ficha técnica

Director: Julius Berg

Guionistas: Geoff Cox, Julius Berg, Mathieu Gompel

Intérpretes: Andrew Ellis, Ian Kenny, Jake Curran, Maisie Williams, Rita Tushingham, Sylvester McCoy

Género: Acción, Terror, Thriller

País: Francia, Reino Unido

Fecha estreno: 05/03/2021

Lenguaje: Grosero

Público

+18 años

Valoración

Contenido

Humor

Acción

Violencia

Sexo

Valores

Un grupo de jóvenes irrumpe en la casa de un matrimonio mayor para hacerse con el supuesto botín que guardan en una caja fuerte. El plan se complica cuando se dan cuenta de que los aparentemente indefensos ancianos no lo son en absoluto. En ese momento, los jóvenes empezarán una carrera a contrarreloj para escapar de esa casa y salvar sus vidas.

Título original: The owners

País: Francia, Reino Unido

Duración: 92'

Fecha producción: 2020

Distribuidora: A contracorriente films

Color: Color

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