El tercer largometraje de Neus Ballús es una comedia al más puro estilo documental. La naturalidad y el carisma que desprenden los personajes atrapan desde el primer momento al último al espectador.
Ser uno mismo es lo más natural que existe, pero dar vida a tu propia persona en la gran pantalla está a otro nivel. Y eso es algo que saben a la perfección los tres protagonistas de Seis días corrientes. Moha, Valero y Pep son tres fontaneros y electricistas de un suburbio de Barcelona que muestran al público cómo es una semana en sus vidas, interpretada por ellos mismos.
La directora, Neus Ballús, juega con los géneros y opta por una comedia que respira naturalidad y combina, a su vez, la ficción con el documental. Pese a que el protagonismo recaiga en el peculiar y jocoso dúo que conforman Valero (Valero Escolar) y Pep (Pep Sarrà), la trama principal gira en torno a Moha (Mohamed Mellali), el joven marroquí recién inmigrado a la ciudad condal.
Sin embargo, lo que sí está presente en todo momento es el humor. El espectador consigue colarse, de la mano de los técnicos, en las visitas que realizan a diferentes y variopintas viviendas para reparar cualquier artilugio. En ellas, se encuentran personas que, al igual que sus casas, rebosan la ingenuidad y la autenticidad que caracteriza al film.
El guion de Seis días corrientes está perfilado y trabajado al detalle, con situaciones y escenarios inspirados en la realidad que complementan con la candidez aportada por sus intérpretes. Por una parte, en la superficie reside la magia de la sonrisa y las situaciones cómicas y alegres. Por otra parte, en un segundo plano, se establece el complejo retrato de cómo se comporta una sociedad multicultural, así como las actitudes racistas y las jerarquías de poder.
Y, si el esquema se sitúa a un lado de la balanza en esta película, sus personajes se sitúan en el otro, consiguiendo el equilibrio perfecto. Como piezas de rompecabezas, la intranquilidad y franqueza de Valero, la sencillez y el carisma de Pep y la calidez y sensibilidad de Moha encajan a la perfección. Son protagonistas que representan la importancia de la clase trabajadora, aunque también visibilizan que están marcados por un rechazo inconsciente a lo desconocido.
En esencia, Ballús realiza una fotografía fresca y ligera del costumbrismo español que resulta tan familiar pero inadvertido a la vez. Sin duda, una natural y entretenida comedia, con un trasfondo marcado por la inclusión de los inmigrantes en la sociedad occidental.
Firma: Andrea Poveda
Seis días corrientes narra una semana en las vidas de los electricistas Valero y Pep, trabajadores de una pequeña empresa situada a las afueras de Barcelona. Ante la llegada de la jubilación de Pep, el dúo decide otorgar una semana de prueba a Moha, un joven marroquí recién llegado a Barcelona en busca de trabajo.
A través de seis capítulos que corresponden a los días de una semana laboral, el film muestra cómo evoluciona la relación entre los tres compañeros, así como el día a día de los clientes que requieren su asistencia.