¡Salta!

En 2016, Olga Osorio dirigió y escribió el cortometraje Einstein-Rosen. Ahí nació la esencia de lo que supone ahora su ópera prima: ¡Salta!. Esta extensión del pequeño relato original le ha permitido explayarse y profundizar tanto en las complejidades de la ciencia ficción, como de las relaciones de personajes.

A pesar de disponer de un guion muy sencillo con elementos comunes y algunos diálogos básicos, se agradece la coherencia con la que trata el devenir de sus personajes y la soltura con la que hace entendible las grandes teorías científicas en torno al espacio tiempo. De esta manera, el espectador no se encuentra con una propuesta elitista que va de inteligente, sino con una dinámica y cercana que busca hacer disfrutar al amplio público. Y, para ello, también cuenta con un encomiable reparto, liderado por unas radiantes actuaciones de los más pequeños.

Con un ritmo ágil –aunque inconstante en ocasiones– y un listado de canciones reconocibles y pegadizas –un tanto impostadas en momentos puntuales–, la película encuentra entre todo su divertimento un repertorio de valiosos temas para poner sobre la mesa. Se desprenden así valores como el respeto, la reconciliación o la empatía y se plantean asuntos más serios como la salud mental. No obstante, entre todos ellos destaca la importancia de la familia y, sobre todo, de los hermanos. El amor fraternal se establece como eje central de la historia y se ensalza su gran importancia, porque pese a los constantes rifirrafes entre Teo y Óscar, ambos se aman con locura.

Este agradable film es, en resumen, una perfecta propuesta familiar para que padres e hijos puedan disfrutar juntos en el cine. ¡Salta! es una entretenida, bondadosa y ligera elección con la que pasar un buen rato, reflexionar, emocionarse y unir lazos con nuestros seres queridos.

Firma: Yoel González