Ruido de fondo

Ruido de fondo, dirigida por Noah Baumbach, es la adaptación cinematográfica de la novela homónima de Don DeLillo. El largometraje abraza por completo toda la estética sesentera que acompañaba al sueño americano y la hace suya, hasta el punto en el que el grano del film se nota bastante.

La puesta en escena es peculiar, por no decir extraña. El espectador tendrá la constante impresión de que algo no acaba de encajar. Esto se debe al carácter de las actuaciones, que rozan lo teatral y emulan a las sitcoms más tradicionales. Expresiones exageradas, situaciones estúpidas… faltan las risas enlatadas. Esta decisión, que le aporta un componente satírico a la cinta, es acertada gracias al elenco principal. Jack y Babette, interpretados por Adam Driver y Greta Gerwig, cuentan con una química espectacular y consiguen transmitir desde el inicio una percepción de cotidianidad en el espectador, como si conociese a los personajes de toda la vida.

Este toque casi cómico se adorna con una permanente tensión a lo desconocido. Desde el primer momento surge una sensación de incomodidad, de que en cualquier segundo puede aparecer un susto. Quizá es la ambientación, que en algunos puntos roza lo tétrico, o que las reacciones de los protagonistas a menudo no casan con la gravedad del momento; pero consigue captar la atención del público sin necesidad de una trama profunda.

Ruido de fondo se caracteriza por tener cambios bruscos en el tono y probablemente ese es su mayor problema. De una escena a otra, se pasa de la felicidad absoluta a la decadencia del entorno familiar. Aunque se presenta como una comedia negra, los gags son tan sutiles que, en ocasiones, no acaban de calar y, mucho menos, provocar una carcajada. Tienen más bien un efecto disuasorio, que relaja a la audiencia entre tanta incomodidad.

En general, es una película muy entretenida, con actuaciones de alto nivel y que te hará cuestionar constantemente si estás viendo una sitcom o un falso documental, a la vez que te mantendrá pegado al asiento a pesar de tener una duración de más de dos horas.

Firma: Gerard Casado