Persecución al límite

Con dos años de retraso llega a las pantallas una de esas películas que cuenta con tantas estrellas consagradas como tópicos en el guión.

Eran Creevy dirige el libreto que ha escrito con F. Scott Frazier (xXx: Reactivated). Ambos tienen experiencia en relatos de adrenalina, pero eso no significa que el resultado sea coherente.

Parece que se han propuesto recoger al público adolescente y huérfano de romanticismo distópico o vampírico, aprovechar el viaje y amontonar a los entusiastas de las persecuciones de bólidos en entornos mafiosos. Suma a esto unas ralentizaciones y ensueños supuestamente poéticos y unas canciones pinchadas con tachuelas a todo volumen en secuencias a toda velocidad.

No hay mucho más que añadir para que uno no vaya engañado. Es lo que hay, también unos Anthony Hopkins y Ben Kingsley que demuestran su carisma, en medio de la pobreza del guión.

Firma: Lourdes Domingo