Paradise Hills

Paradise se presenta como un lugar con la estética de Alicia en el país de las Maravillas que alberga una historia similar a la de La isla. Y, efectivamente, durante el transcurso de la cinta, el público descubre que no va más allá de eso, solo que con un relato más pobre.

El espectacular diseño de vestuario junto con unos despampanantes escenarios y una puesta en escena fantasiosa distraen a la audiencia de las carencias en los diálogos, así como de la narrativa grotesca.

La película intenta ensalzar el feminismo y empoderar a la mujer, mezclando simultáneamente misterio y ciencia ficción. Esa combinación tan ambiciosa termina por no triunfar en ninguno de sus propósitos y el guion está lleno de giros ridículos que empobrecen la trama.

Es sorprendente cómo semejante crónica ha logrado la confianza de un reparto tan solvente y el suficiente presupuesto como para exhibir una producción deslumbrante. Las actrices llenan las escenas y, con sus prodigiosos trajes, suplen parcialmente la desafortunada ficción.

En definitiva, el debut de Alice Waddington es un extraño y provocador largometraje feminista muy poco original, que no funciona como reivindicación ya que su argumento, lamentablemente, no es ni la mitad de bueno que su escenificación. Sin embargo, su fotografía –que dejará a la audiencia sin palabras– no merece más que elogios. No se puede negar que, visualmente, Paradise Hills es una obra única.

Firma: Patricia Amat