Papá o mamá

Martin Bourboulon dirige su primer film a partir de una idea original de Clicquot de Mentque. Sin embargo, el desarrollo del guión ha sido un trabajo de Matthieu Delaporte y Alexandre de La Patellière, que comparten varios títulos de escritura conjunta y son conocidos por su aguda y divertida obra de teatro y película El nombre.

No obstante, en esta ocasión, el nivel alcanzado es mucho menor. Por un lado, sí es cierto que las tramas se marcan unos ritmos y tiempos muy acertados. Funcionan con agilidad, en especial todo el conflicto verbal entre los personajes, e incluso la interacción visual está rodada con frescura y dinamismo.

Pero el brillo se queda ahí. No ofrece el humor afilado e inteligente del citado éxito El nombre del que, además, está a punto de estrenarse una secuela italiana. En Papá o mamá, en todo momento, se nota el aliento que empuja a la comedia a alocarse hasta lo inverosímil y procaz, como ese herir física y emocionalmente a los hijos par que rechacen su custodia; algo que no resulta gracioso e incluso es hiriente porque, en la vida real, los niños lo pasan realmente mal incluso en una separación amistosa.

Finalmente, como en tantos títulos que arrancan con Dionisio (la exaltación), esta comedia se cierra cómodamente con Apolo (la armonía), en un giro esperado y habitual.

A pesar de estas críticas, hay que reconocer la mesura de los actores, que saben pasear por la comedia, coquetear con la caricatura, pero evitar la payasada. Al mismo tiempo, entre risas, el film atina en el irónico dibujo de las trampas en las que se cae durante algunas crisis matrimoniales, donde renace un adolescente impulso de gustar y atraer el deseo, que aquí se perfila con algo de sorna.

Firma: Lourdes Domingo