Niñato

Hay que ser muy audaz para lanzarse a realizar un primer largometraje en género documental mediante el seguimiento exhaustivo a la familia de uno de tus mejores amigos. Y eso es lo que ha hecho Adrián Orr acompañando durante cuatro años a David, alias Niñato en el mundo del hip-hop, y a sus tres hijos.

Mediante una cámara incisiva, que se empeña en mostrarnos las nucas de todos los protagonistas sin la fuerza comunicativa que tenía dicho recurso en películas como, por ejemplo El hijo de Saul, nos vemos inmersos en el día a día de un núcleo familiar atípico y normal a partes iguales. Las perezas mañaneras, las peleas entre hermanos, las tareas domésticas o los ratos de ocio tienen lugar entre unas paredes llenas de grafitis infantiles, y un aspecto general bastante desangelado.

Adrián Orr abre al público sin previo aviso una puerta hacia la intimidad de David, nos deja ver una serie de escenas y vuelve a cerrarla sin que hayamos podido conocer demasiado acerca de las circunstancias vitales de su amigo. Tanto la planificación (interesante y prometedora en muchos momentos) como el contenido del film son muy confusos y, aunque fascine la vitalidad de los personajes, no se llega nunca a ver el fondo de la trama entre tanta hojarasca manierista de director novel.

Firma: Esther Rodríguez