Una precuela que peca de ser autorreferencial y tropieza con un guion complaciente. No obstante, el apartado visual y musical elevan el conjunto a una experiencia entretenida, nostálgica y de estimables mensajes.
Mufasa: el rey león es una película muy consciente de dónde viene y, por ello, no se separa de ese presente abordado en la original de animación y en el live action de 2019. Acompañando a la hija de Simba y Nala, con el alivio cómico de Timón y Pumba, y guiado por la narración de Rafiki, el argumento va saltando al pasado para contar la historia de un joven Mufasa y su camino hacia una tierra próspera, Melele, donde fue coronado.
Quizás ese aferrarse a lo conocido dificulta que esta precuela brille por sí sola. Con un guion oportunista y unos diálogos puntualmente forzados, peca sobre todo de autorreferencias que plantean situaciones similares e impiden que el proyecto tenga alma propia. Asimismo, al igual que con el remake de hace cinco años, la animación fotorrealista resulta contraproducente hacia la vertiente emocional que se intenta construir y empuja a que el espectador conecte de forma intermitente con los personajes.
A pesar de que la imagen digital merma la mirada autoral de Barry Jenkins, tan potente en sus proyectos anteriores, el director sigue haciendo guiños a ese interés por los rostros como medio de expresión. Además, a la par que intenta hacer relucir lo visual por encima de lo demás, logra un buen ritmo ameno para la audiencia. En la misma línea, el film reluce sobre todo por su banda sonora, donde sabe reutilizar las míticas partituras de Hans Zimmer a la vez que amoldar otras de la mano de Dave Metzger y Nicholas Britell. Esa misma nostalgia es la que logra recuperar Lin-Manuel Miranda, responsable de las nuevas canciones y números musicales. Heredero de los grandes temas de Elton John, Miranda sabe estar a la altura y ofrecer piezas que perduran.
Así pues, Mufasa: el rey león deja una cinta familiar para pequeños nuevos espectadores y para los nostálgicos de su infancia. Es una nueva aventura que no solo logra entretener, sino que ensalza las relaciones familiares y de amistad, anima a confrontar nuestros miedos, alienta a aceptar las diferencias, recuerda la importancia de cuidar nuestros vínculos y subraya que la unión siempre hace la fuerza.
Firma: Yoel González
A la espera de que su madre dé a luz, Kiara, la hija de Simba y Nala, se queda bajo el cuidado de Timón, Pumba y Rafiki. Para distraerla de la tormenta venidera, el sabio chamán le narra a la pequeña la leyenda de Mufasa y de cómo pasó de ser un cachorro perdido al rey de Melele. Una historia de superación en la que se tuvo que enfrentar a un temible enemigo y en cuyo camino forjó vínculos que marcarían su vida para siempre.