Monster Hunter

El mundo de los videojuegos sigue siendo un filón para los guionistas de cine centrados en proporcionar un espectáculo grandioso e impactante, con los mínimos diálogos posibles y sin perder demasiadas neuronas en la redacción del guion.

En este campo, Paul W.S. Anderson es el referente absoluto. Responsable de la mayoría de los films de la saga Resident evil y de otros productos del estilo como Death race, Aliens vs. Predator o las curiosas versiones de Pompeya y Los tres mosqueteros. Con este currículum, queda claro que en Monster Hunter vamos a encontrar una película muy entretenida, con unos efectos especiales perfectos, los imprescindibles y escasos toques de humor y un sano y tangencial mensaje acerca de los beneficios de la familia, el honor y la verdadera camaradería.

Tampoco faltan un exceso de vísceras y multitud de detalles incomprensibles, e inverosímiles, con los que somos indulgentes si aceptamos su origen de videojuego y su misión de entretener y distraer apabullando con su acción desbordante.

En definitiva, estamos ante un largometraje que no aporta nada nuevo (incluso la presencia de Milla Jovovich, esposa de Anderson, es recurrente en el género), pero tampoco lo pretende. Y somos conscientes de lo que queremos ver en la sala de cine, Monster Hunter es un producto bien hecho y coherente con su simplicidad argumental y sus artificios visuales.

Firma: Esther Rodríguez