Mascotas 2

Mascotas 2 parte de una situación fácilmente reconocible: alguien dice que no le gusta los niños pero cambia de opinión en cuanto tiene uno. En este caso, es Max, el perro protagonista.

No deja de sorprender que la película trate un tema que parece estar a la orden del día: las enfermedades mentales. La dueña de Max le lleva al veterinario donde se muestra a varios animales, cada uno con un problema psicológico diferente. Aunque no se dice abiertamente, el terrier protagonista tiene todos los síntomas de padecer una ansiedad nerviosa.

También se trata un aspecto muy actual, como es el uso de animales en espectáculos. El grupo de mascotas luchará para rescatar a un tigre que ha caído en manos de un ruso, propietario de un circo. Este personaje está representado de una manera que recuerda a un brujo, con colores oscuros y risa siniestra. No deja de ser curioso que algo que una vez fue tan atractivo para los niños –como puede ser un circo– se acabe convirtiendo en el factor malvado de la historia.

A pesar de que, a lo largo del film, se cuentan alternativamente tres tramas diferentes, resultan fáciles de seguir. Como suele ser habitual en producciones infantiles, las tras acaban desembocando en una y el cierre es positivo.

Finalmente, alabar una vez más el nivel técnico, que logra plasmar todos los aspectos a la perfección –el pelaje de los animales es casi perfecto y da ganas de acariciarlos–. También una mención especial al homenaje que se hace a las relaciones entre niños y mascotas, que no deja de ser entrañable.

Firma: Blanca Ballesteros