La decisión de animar esta historia inspirada en testimonios reales, permite acercar una cruda realidad al público joven para abrir un espacio de reflexión más amplio y seguir concienciando sobre el cambio climático.
David Baute conforma un tríptico de relatos femeninos que, en su individualidad, apelan a lo global y comunitario. Desde el impacto del huracán Irma en la isla de San Martín, pasando por la aridez y los conflictos armados en las aldeas de Kenia, hasta la emigración de la India a Dubai, las vidas de Valeria, Tanit y Shaila son un testimonio de todos aquellos desplazados por el cambio climático.
La película consigue un balance orgánico entre las tramas de las tres protagonistas, otorgándoles un peso equitativo y facilitando un ritmo ágil en el transcurso del metraje. Con encuadres estudiados y una estructura narrativa partida en dos e invertida, no se encuentra una voluntad adoctrinadora, sino una concienciación y una humanidad sincera. A través de ella, se abre un espacio de reflexión, sobre todo, del cambio climático, pero también de otros asuntos como las nuevas formas de esclavitud y pobreza moderna, las injusticias sociales alrededor del planeta o el incumplimiento de derechos humanos básicos en determinados países.
Mediante una animación de trazo sencillo y una simplicidad en la composición de los paisajes, se facilita la concentración del espectador en la historia, sin distracciones esteticistas ni novedades formales. Asimismo, esa decisión permite suavizar, sin frivolizar, situaciones determinadas de una crudeza indiscutible. De tal manera, esta respetuosa e inteligente resolución hacen el contexto entendible, sin ser explícito, para el público más joven y visualmente efectivo para aquel más maduro, capaz de interpretar el trasfondo de las imágenes.
Si bien en ese mantenerse alejado de la crudeza y abrazar el tono suave de los dibujos hace caer su discurso en algo superficial –aquellos concienciados con el tema seguirán concienciados y a aquellos que no, difícilmente les cambiará el parecer–, esas escenas reales incorporadas al final suponen un giro de efecto y un recuerdo de la materialidad de todo lo mostrado. Porque, como en la película, aunque algunos hablen de «ciudadanos del mundo», ese ideal no será más que una quimera hasta que todos nos concienciemos del impacto de nuestro actos, hasta que seamos responsables y recuperemos la humanidad para con el prójimo. Y, en ello, Mariposas negras intenta poner su granito de arena.
Firma: Yoel González
Esta es una historia sobre tres mujeres, pero al mismo tiempo es un relato sobre todos nosotros, sobre nuestro porvenir incierto. Cuando las consecuencias del cambio climático impactan en las vidas de Tanit, Valeria y Shaila, todas ellas se ven forzadas a emigrar para buscar nuevas oportunidades y conseguir proveer de un futuro esperanzador a sus familias. Sin embargo, pronto ven que el camino hacia un lugar mejor será muy complicado y nadie les pondrá facilidades para ello.
Esta es una historia sobre la humanidad y todo aquello que está en riesgo.