La apasionante historia de Elliott, un joven antropólogo que quiere estudiar a los Otopis y que emprende un viaje para conocerles, resulta en una divertida película que combina comedia y aventuras, con Catherine Deneuve en el elenco.
La selva, en ocasiones, nos puede parecer algo lejano y la podemos imaginar de distintas formas. A veces se la ha representado como peligrosa, inmensa o distante. Sin embargo, el equipo de Maldita jungla, dirigido por Hugo Benmozig y David Caviglioli, optaron por una imagen más desenfadada, cercana e incluso caótica, jugando con el humor y las aventuras, en una película muy colorida y animada, en todos los sentidos.
El desencadenante de este peculiar argumento es el afán de Elliott, el protagonista, por encontrar a esta desconocida tribu, los Otopis. No obstante, la historia se hace más profunda y toma unos caminos inesperados, a medida que avanza la trama: una mujer líder que no viste como la imaginaríamos, los habitantes del clan que no son conscientes de sus actos, una madre obsesionada con rescatar a su hijo…
Por otro lado, la puesta en escena ayuda a reforzar el relato: lleno de acción y aventuras, con una imagen y ambientación cuidada, atractiva y con mucho color. La música y el sonido están bien escogidos y ayudan a acentuar las peripecias y momentos claves de la película.
Pero, si por algo destaca Maldita jungla, es por sus interesantes e humorísticos contrastes: indígenas que tienen móviles, visten con ropa “de calle”, no saben ahuyentar a los animales de la selva… Todo visto desde la perspectiva de Elliott, cuya inocencia y vitalidad te atrapa desde el principio.
A pesar del lenguaje coloquial y de alguna que otra conversación más atrevida, el tono del film, –esa comedia caótica llena de aventuras y contradicciones–, le da un toque atractivo, provocando situaciones que rozan lo absurdo. De este modo, se crean momentos muy divertidos y frescos que resultan en una propuesta más bien distendida y entretenida, que no reflexiva pero perfecta para disfrutar durante un rato.
Firma: Berta Aliaga
Elliott de Bellabre decide, con el dinero de una beca, emprender un viaje a Guyana, para conocer a la oculta tribu Otopi. Rápidamente se verá sorprendido por su líder, la trepidante Albertine, y sus desenfadados y particulares habitantes. En un intento de realizar su mejor trabajo de investigación, se verá envuelto e incluido en este mundo propio, mientras su madre, Chantal de Bellabre, hará lo posible por encontrar a su hijo “desaparecido” y devolverle a casa.